Por IMB

Fue necesario un vuelo, un viaje en ferri, un trayecto en camioneta y una larga caminata. Sea como sea, el viaje valió la pena.

Henar se enfrentó a una traición devastadora que amenazaba con consumir su recién descubierta esperanza.

Con más de 3,368 congregaciones hispanas bautistas del sur en Estados Unidos, los hispanoamericanos están dejando huella en el campo misionero. Históricamente, los países hispanos han sido considerados campo para las misiones, pero ahora los hispanos se están convirtiendo en una fuerza misionera firme en todo el mundo.

Abel, un creyente local del sur de Asia, dirigía todos sus esfuerzos para realizar un evento para compartir el evangelio en una comunidad prácticamente no alcanzada, pero el COVID-19 interrumpió sus planes: no fue posible el transporte a la región, y el evento se tuvo que cancelar.

En un típico día soleado del norte de Uganda, Héctor Cabrera, un aliado misionero global, se adentra en el río para tenderle la mano a Oketa Robert, un nuevo seguidor de Jesús que se sumerge en el agua, dispuesto a dar su siguiente paso de fe y ser bautizado. Él es uno de los 34 creyentes del asentamiento de refugiados del campo de Rhino que decidieron bautizarse a principios de la primavera.

Dos hombres abrían sus Biblias sentados en un restaurante de comida rápida, conversando sobre un concepto clave del cristianismo: Jesús resucitando de entre los muertos.

En una pequeña iglesia de una turística ciudad en Asia Central, los contratiempos se encontraban a la orden del día al momento de intentar celebrar el bautismo de una pareja. Primero, un nuevo creyente se cayó a través de una puerta corrediza de cristal doble, lo que lo llevó al hospital; luego, la piscina se desbordó e inundó todo a su alrededor.

Olga quiso ir a la iglesia durante años, pero su esposo se lo tenía prohibido. Él no creía en Dios, y tampoco quería que su familia se adentrara en una fe que consideraba falsa.

Dentro de las dos mil islas habitadas de Filipinas, hay una vasta oscuridad espiritual. Las personas no solo están aisladas en sus islas, sino que también están atrapadas en su pecado, separadas de Dios porque muchos aún no han escuchado el evangelio.

La noticia de que una clínica médica llegó a esta ciudad del norte de África se extendió rápidamente. La comunidad tenía sus dudas cuando se abrió una nueva iglesia, pero la asistencia médica gratuita es difícil de rechazar.