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Preguntas y Respuestas: Hemphill responde las preguntas de editores bautistas


DALLAS (BP) — Administrador universitario y expresidente de seminario, Ken Hemphill, uno de los dos candidatos que va a ser nominado para presidente de la Convención Bautista del Sur en junio, respondió las seis preguntas de Baptist Press y de editores bautistas estatales.

Vea las respuestas de Ken Hemphill debajo.

¿Cuáles son algunas maneras específicas en las que le gustaría ayudar a zanjar posibles diferencias teológicas y generacionales en la SBC en las que los bautistas del sur han expresado preocupación en años recientes?

Para zanjar cualquier barrera “potencial” al compañerismo y a la mutua cooperación, debemos restaurar la confianza y la urbanidad en nuestras conversaciones acerca de cada quien. Los medios sociales les dan a todos acceso instantáneo a medios sin restricción al compartir opiniones de todo.

El internet es una herramienta efectiva de comunicaciones, pero debe ser automonitoreada por estándares bíblicos como “expresar la verdad en amor” (Efesios 4:15) y evitar las malas palabras y hablar para edificar (Efesios 4:29).

Segundo, debemos proveer oportunidades para escuchar y discutir diferencias teológicas, raciales o generacionales. Las asociaciones locales y las convenciones estatales pueden jugar un papel vital en convocar a diversos grupos de personas para tener compañerismo, discusión respetuosa y oración. Debemos evitar etiquetar a bautistas del sur fieles.

Tercero, nuestra estructura en cada nivel de la convención debe reflejar y celebrar la diversidad racial y generacional al tiempo que mantiene nuestros valores espirituales y teológicos.

Por favor, describa por qué usted cree que el sostén para el Programa Cooperativo, la Ofrenda de Navidad Lottie Moon y la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong es vital para la misión y la visión de los bautistas del sur.”

Este es un asunto clave que me motivó a ser candidato.

Primero, establecer el presupuesto requiere la cooperación en cada nivel de la vida de la SBC. Es afinado por el Comité Ejecutivo y aprobado por los mensajeros a la convención anual. Una donación irrestricta de la iglesia mediante el PC debe ser la norma por el bien del presupuesto y del planeamiento.

Segundo, el dar cooperativo es un enfoque bíblico para que las iglesias que trabajan juntas con metas del tamaño del Reino financien las misiones. Como mecanismo de financiamiento para sostener las misiones, no tiene par en la historia cristiana.

Tercero, el dar al PC y a nuestras ofrendas misioneras le permite a cada iglesia ser socias igualitarias en los ministerios del estado y en la convención nacional. El porcentaje dado no se mide por el tamaño del regalo sino por el tamaño del sacrificio. Debemos celebrar el porcentaje dado en vez de los dólares dados por una iglesia en particular.

¿Cuáles son algunas lecciones que las iglesias bautistas del sur en el sur pueden aprender — y posiblemente aplicar a sus ministerios — de las congregaciones fuera de esa región en áreas más pioneras o inalcanzadas del país?

He sido privilegiado de hablar en muchas áreas nuevas de trabajo y he aprendido mucho más de lo que nunca he impartido.

Primero, podemos aprender la importancia de trabajar juntos en esas cosas que facilitan los encuentros con el evangelio. En la misma vena, nos enseñan a edificar relaciones y compartir la historia de Jesús con personas que tienen poca exposición al Evangelio o a los bautistas del sur. Además, podemos aprender de ellas cómo hacer mucho con tan poco. Pocas de esas iglesias tienen personal a tiempo completo o a varias personas y muchas de nuestras convenciones estatales más pequeñas ya no tienen los recursos para equipar que una vez tuvieron, por lo tanto, nos enseñan a depender del Señor y a trabajar con otros. Debido a que entienden la naturaleza crucial de trabajar juntos, estas iglesias nuevas son a menudo muy generosas en su dar cooperativo. Nos enseñan que el dar por porcentaje tiene mayor valor que el fajo de billetes.

¿Qué sugeriría usted que debiera cambiarse en la convención dentro de los siguientes dos o tres años para asegurar el crecimiento?

¡Seamos claros! El Señor edifica su iglesia (Mateo 16:18). Él usa instrumentos humanos y espera que todos nosotros nos involucremos en el singular mandato de la Gran Comisión – para hacer discípulos. Esto requiere ir (evangelizar), bautizar (congregarnos), y enseñar (hacer discípulos). La historia muestra que cuando nuestra convención pierde su enfoque laser en la Gran Comisión, perdemos terreno.

Debemos recobrar nuestro enfoque en el Reino. Somos llamados a ser un reino de sacerdotes (Éxodo 19:4-6), que representa al Rey y lleva adelante su Reino a todos los pueblos antes de su triunfal retorno. Nuestra meta es mucho más grande que hacer crecer una iglesia o ni siquiera nuestra convención. Debemos recobrar la posición ventajosa de ser un pueblo en misión con Dios. Eso significa que algunas de nuestras preferencias personales deben ser puestas a un lado a medida que renovamos nuestra mente – una mentalidad del Reino a través de las iglesias, asociaciones, convenciones estatales y las misiones y ministerios de la SBC. Necesitamos revitalizar el papel de director de evangelismo de la convención estatal, invertir más en los ministerios universitarios, utilizar evangelistas dotados, y restaurar la pasión por ganar almas.

¿Cuáles son algunas formas en las que las relaciones entre las entidades de la SBC pueden ser mejoradas o fortalecidas?

Hay una “hermenéutica de sospecha” en nuestra cultura hoy en día que impacta la comunidad cristiana y nuestra habilidad de cooperar. Debemos arrepentirnos de las actitudes críticas y retóricas que dañan nuestra habilidad de trabajar juntos para el Reino. Debemos aprender de nuevo a operar con base en el principio de amor el cual escoge creer lo mejor y rehúsa juzgar los motivos.

Cuando usted tiene una crítica válida, exprésela con amabilidad con una postura de encontrar soluciones útiles. Debemos restaurar la “confianza,” porque es imposible la cooperación sin confianza. La confianza y el cuidado mutuo solo pueden suceder cuando nos sentamos juntos, discutimos los asuntos, oramos, y trabajamos para encontrar una solución. Debemos reaprender el arte de “ayudarnos mutuamente.” Necesitamos trabajar para establecer situaciones que produzcan resultados ventajosos para todos. Como lo indican las Escrituras, cuando un miembro sufre, todos sufrimos juntos y cuando uno triunfa todos triunfamos. Las entidades de la SBC deben ser transparentes y responder a sus constituyentes.

En la estela del movimiento #Metoo (yo también) y los numerosos escándalos relacionados con el sexo que han impactado a nuestra nación, incluyendo a los líderes e iglesias bautistas del sur, ¿cuáles son algunas maneras en las que las congregaciones pueden responder mejor a estos asuntos y ministrar a aquellos afectados?

Debemos enseñar primero la santidad bíblica como una alternativa positiva a la obsesión del mundo por la permisividad sexual. Debemos proveer la enseñanza bíblica de que el cuerpo pertenece al Señor y es templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19, 20).

Debemos entrenar a los líderes de las iglesias en relación a la importancia de la seguridad y la protección. Tales medidas incluyen adoptar políticas fuertes, reporte apropiado, y tomar en serio las quejas de aquellos que indican abuso. Las iglesias deben crear grupos de rendición de cuentas en el que un mentor o amigo maduro tenga permiso de hacer preguntas difíciles acerca de lo que estamos oyendo, leyendo o mirando.

El abuso sexual de mujeres y niños nunca debe ser tolerado o dejado sin castigo. Cuando los líderes o miembros de la iglesia son culpables, las acciones necesitan ser rápidas y decisivas. Si alguien experimenta falla moral, la iglesia debe responder con disciplina bíblica que tiene como meta final restaurar el compañerismo del ofensor arrepentido (2 Corintios 2:7, 8).

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