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Equipo de Alabama ayuda a un misionero de la JMI a abrir la puerta de un grupo étnico en México


MONTGOMERY, Ala. (BP) — Thomas Thorpe* había intentado dos veces llegar hasta esta población. Sólo lo logró una vez.

La pequeña comunidad, está anidada en lo alto de las montañas de México, envuelta en nubes y siglos de oscuridad espiritual. Protegen ferozmente su estilo de vida y sospechan de las intenciones de los fuereños.

Así que, dejaron que Thomas, un obrero de campo de la Junta de Misiones Internacionales (IMB), entrara y les hablara una vez. Pero la segunda, sabían lo que les estaba ofreciendo y pensaron que eso los cambiaría — y no querían eso.

Hay una raya trazada en la arena que muchas generaciones han defendido.

Según Thomas y otros, nunca ha habido una presencia evangélica en el pueblo, y no hay creyentes que vivan ahí en la actualidad. Pero Dios hizo que el camino de Thomas se cruzara con el de una asociación bautista en Alabama que pudiera tener la llave para abrir la puerta a esa montaña en México.

Todo comenzó en el 2017 cuando Lisa Rose, directora de movilización de la iglesia para la Asociación Bautista de Alabama (MBA), estaba sirviendo como directora de ministerios de compasión en la MBA y se dio cuenta que los asistentes a un centro local de ministerio hablaban un idioma que ella nunca había escuchado. Los voluntarios pensaron que eran hispanos, pero pronto se dieron cuenta que se equivocaban: no hablaban español.

“Descubrimos que ellos hablaban un idioma llamado mixteco,” dijo Lisa. “Nunca lo había escuchado, así que comencé a investigar mucho.”

Lo que encontró fue que ellos eran el pueblo mixteco, uno de los pueblos indígenas de México, y uno de los pueblos menos alcanzados con el Evangelio en el continente americano. Unos 726,000 mixtecos — o “gente de las nubes” — viven en lo alto de las montañas, y otros 100,000 o más viven en los Estados Unidos, la mayoría en California y Nueva York.

Para Lisa, haber conocido personas mixtecas en Montgomery tenía un propósito eterno. Ella y los voluntarios de las iglesias del área comenzaron a hacer el arduo trabajo de construir relaciones y poner los cimientos para sembrar el Evangelio entre los mixtecos.

“Ha sido maravilloso ver la obra de Dios,” dijo Lisa. “Ha sido largo y arduo — no tenemos miles asistiendo cada domingo.”

Pero lo que sí tienen son nueve creyentes que han venido a la fe durante los años que las iglesias locales han invertido en ellos; Lisa ha discipulado mujeres y John Halbrooks ha dirigido estudios bíblicos que se convirtieron en una plantación de iglesia.

A inicios del 2018, MBA organizó una junta para las personas trabajando en alcanzar a los mixtecos en otras partes del país y en México. Allí, ella conversó con Thomas, escuchó su historia, y pensó: ¿Qué tal si — y sólo si — los creyentes mixtecos en Montgomery pudieran comunicarse con su parientes en México para decirles que el pueblo de Dios es un amigo, no un enemigo?

Parecía ser una llave para abrir la puerta.

Y la iglesia mixteca estuvo de acuerdo — enviaron mensajes a sus familias en México y enviaron a John, Lisa y otros miembros del equipo con dos maletas llenas de regalos para sus parientes en esa población en la montaña.

“Nuestra meta es comenzar relaciones con algunas familias claves,” dijo John.

Así que, a mediados de agosto de este año, Thomas manejó hasta las montañas de México para visitar a una de esas familias claves. Cuando llegaron, esta vez les dieron la bienvenida — y los invitaron a pasar la noche allí.

“Nos cocinaron la mejor comida usando una fogata, y compartimos fotografías de su familia que vive en Montgomery y hablamos y reímos,” dijo John.

Y a la mañana siguiente, el hombre de la casa les ayudó a cargar sus cosas en la camioneta y los llevó a buscar a otras familias, incluyendo a los padres de una joven viuda en Montgomery quien vino a la fe en Cristo. “Pudimos ver a sus padres, y nos prepararon una comida también,” dijo John. “Comimos con ellos y les preguntamos si podíamos compartir con ellos la historia de la salvación de su hija.”

Contestaron que no, que no querían escucharla.

“Conversamos un poco más y les volvimos a preguntar y esta vez no dijeron que no,” dijo. “Así que aprovechamos la oportunidad para compartir un poco de su historia con ellos.”

Esa mañana su familia — y el patriarca de la otra familia clave — escucharon el Evangelio por vez primera. Y cuando el equipo salió de la ciudad, Thomas planificó regresar con algunas herramientas y ayudar a la familia con la que se hospedaron a instalar un techo de zinc en la casa que estaban construyendo.

“Estábamos orando que cuando regresara [Thomas] a visitarlos, todo saliera bien y que la familia se preguntara más y más por qué él los amaba como lo hacía,” dijo John.

Mientras el equipo salía de la ciudad, Thomas les dijo que las familias comenzarían de inmediato a hablar de lo que significa seguir a Cristo.

“El padre era un hombre muy respetado en la comunidad, y veían que seguir a Jesús era como darle la espalda a su vida mixteca,” dijo John. “Si tomaban una decisión, sería una decisión en familia — y les costaría muy caro. Por lo que sabemos, nunca ha habido creyentes es esta ciudad. Mi oración es que Dios abra la ciudad y destroce la oscuridad espiritual con la luz del Evangelio.”

Thomas dijo que oraba por lo mismo — y que ya ve a Dios obrar haciendo cosas maravillosas a través de estas conexiones.

“La Asociación Bautista de Montgomery se ha convertido en una compañera estratégica para nuestra obra en México porque ellos, a través de su relación con los mixtecos en Montgomery, han abierto la puerta a nuestro equipo en una comunidad que había estado antes cerrada ante el Evangelio,” dijo. “Qué emocionante será para la obra de la JMI que más iglesias bautistas del sur en los Estados Unidos ministren a los obreros migrantes en sus comunidades y conecten al personal de la JMI con sus países de origen.”

También es algo emocionante para Lisa ver que los fondos de las misiones bautistas del sur apoyan la presencia de Thomas a tiempo completo en México, alcanzando a los no alcanzados en las ciudades de las montañas, incluyendo a gente que ella tanto quiere.

“A través de nuestra cooperación entre la Asociación Bautista de Montgomery y los misioneros de la JMI en México, podemos ver el dinero de la Ofrenda Lottie Moon trabajando de primera mano mientras los misioneros trabajan arduamente para compartir el Evangelio con un pueblo aún no alcanzado,” dijo. “Todos ganan al compartir el Evangelio. Nuestra incipiente iglesia mixteca puede ver el Evangelio de maneras tangibles al ministrar a sus familias en México, y las familias en México pueden ver que aquí en Montgomery hay gente que ama a sus hijos, hijas y parientes con un amor genuino que solamente viene a través del Señor.”

NOTA DEL EDITOR: Por razones de seguridad, algunos nombres han sido cambiados.

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  • Por Grace Thornton