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EDITORIAL: Confiando a través de las Pruebas (Mateo 11:2-3)


NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en Español. Para ver historias adicionales, vaya a http://www.bpnews.net/espanol.

LAUREL, Md. (BP) — Hay momentos, en nuestras vidas, en que todos pasamos por momentos de tribulación o momentos de pruebas. Ninguno esta exento de estos problemas. Y son en los momentos de pruebas cuando más dudamos de quien es Cristo y de su poder y de su amor por nosotros.

Juan, el primo de Jesús, esta ahora en la cárcel. Él fue quien al ver a Jesús a la distancia les dijo a sus discípulos, “He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo ….” Me imagino yo que los discípulos de Juan comenzaron a tener dudas. Como es posible, se preguntaron ellos, si Jesús vino a liberarnos de la opresión del imperio Romano que Juan esta ahora en la cárcel. Uno de los resultados negativos de las pruebas es la duda. La duda te hace vacilar, pierdes tu dirección, cambia tu expectativa, y te sientes perdido y solo.

Muchos de los problemas en nuestras relaciones resultan de “expectativas que no se cumplen.” Por ejemplos, ¿qué es lo que tu espera de una relación? Esperas ser tratado con amabilidad, amor, afecto, y respeto. Cuando una de estas cosas falta en una relación tenemos duda del amor de esta persona; nos preguntamos, ¿porque lo que yo esperaba (mis expectativas) no son realidad?

Mira la pregunta de Juan a Jesús, ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperamos a otro? La razón detrás de la pregunta de Juan se encuentra en sus expectativas mesiánicas. Él llamó a la gente a arrepentirse (3:2), porque “Incluso ahora el hacha está en la raíz de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego (3:10).” Él advirtió que el que vendría bautizaría con el Espíritu Santo y fuego; “Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá la paja en fuego que nunca se apagará (3:12).” La gente claramente esperaba un mesías de fuego y azufre.

Jesús no ha vivido a la altura de lo que ellos esperaban. La expectativa de estos seguidores de Jesús era diferente. Él ha pronunciado bendiciones sobre los pobres de espíritu, los mansos y los pacificadores (5:1-11). Él ha llamado a sus discípulos a amar a sus enemigos (Juan 5:42-48). Les ha advertido que no juzguen a los demás (7:1-5). Estas enseñanzas parecen débiles en comparación con las acciones anticipadas por la predicación del fuego y el azufre de Juan. Hay otra pregunta que viene a mi mente, continuando este argumento de una expectativa diferente. Si Juan venia a preparar el camino para Jesús, ¿Por qué Cristo permitió que fuera a la cárcel?

La duda con frecuencia nos lleva lejos de Jesús. Yo creo que Juan noto que sus discípulos vacilaban y dudaban de Jesús. Y, fue por eso que Juan envió a sus discípulos a preguntarles a Jesús y a observar sus obras.

Cuando te encuentres en medio de problemas, tribulaciones y diversas pruebas, como dice Santiago, y la duda comience a crear raíces en tu vida regresa a Jesús. Él es Verbo. Él es el mismo ayer y hoy y por los siglos. Él es el antídoto contra cualquiera duda que venga a tu vida.
Te invito a que tomes un tiempo y leas Mateo 11:1-19 cuidadosamente. Observa la gran obra de Jesús. Observa también las preciosas palabras que Jesús hablo sobre Juan. Observa como muchos veían a Juan como endemoniado; y muchos veían a Jesús como un comilón, bebedor y amigo de publicanos y de pecadores (Mateo 11:19). Sin embargo, Juan y Jesús permanecieron fieles a la proclamación de la Palabra en medio de una generación perversa.

Seamos fiel nosotros en medio de una cultura donde muchos se oponen a la luz de Cristo y construyen sus propios dioses para si mismo.

    About the Author

  • Gustavo V. Suarez

    Gustavo Suarez es profesor adjunto de evangelismo y misiones en el Southwestern Baptist Theological Seminary en Fort Worth, Texas.

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