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Luis Soto imparte un ‘sueño sobre Jesús’ a Salt Lake City


[SLIDESHOW=50480,50481,50482]NOTA DEL EDITOR: Luis y Beatriz Soto son unos de los misioneros que se honran durante la Semana de Oración por las Misiones Norteamericanas, del 3 al 10 de marzo. La Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong provee apoyo para la familia Soto y otros que sirven a nombre de los bautistas del sur por toda Norteamérica. Con una meta de $70 millones, el lema de la ofrenda de este año es “Enviando esperanza.” Para obtener más información, visite anniearmstrong.com. To read about other 2019 featured missionaries, visit anniearmstrong.com/missionaries-overview.

SALT LAKE CITY (BP) — Luis Soto viajó por Latinoamérica enseñando y movilizando en ocho países durante un periodo de siete años con Wycliffe, un ministerio que traduce la Biblia. Con el tiempo, su experiencia misionera lo llevó a él y a su familia a Salt Lake City donde ha fundado una nueva iglesia.

“Llegamos aquí para predicar en una conferencia durante una semana,” dijo Soto. Pero se dio cuenta de la necesidad en Utah, un estado cuya población es mayormente mormona o santos de los últimos días — y con una necesidad abrumante de iglesias que crean en la Biblia y proclamen el Evangelio.

Siendo un portorriqueño cuya lengua materna es el español, Soto se enfoca principalmente en la población hispana dentro y alrededor de Salt Lake City.

“En Salt Lake City, el 97 por ciento de las personas no son salvas,” dijo Soto. “En este estado, solamente el 2 por ciento es cristiano evangélico.”

Soto ha vivido en Salt Lake City desde el 2013 con su esposa Beatriz y su hija Eliana. Él y Beatriz figuran entre los misioneros honrados en la Semana de Oración de la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong, celebrada del 3 al 10 de marzo por la Junta de Misiones Norteamericanas.

“En un lugar donde parece que todos son mormones, es fácil sentirse solo,” dijo Soto.

“Cuando vienes aquí para ser un plantador de iglesias, necesitas el llamado de Dios porque no es fácil. Es un lugar difícil.”

Cuando llegó a Salt Lake City, Soto se convirtió en el pastor de una iglesia ya establecida, la Iglesia Bautista de Roca de los Siglos. Él fundó la Iglesia Bautista Gracia Eterna unos años después. En ambas congregaciones, ha grabado una visión por capacitar discípulos que se involucren en la misión de alcanzar a Salt Lake City.

“La gente hispana vino de California y México buscando el sueño americano,” dijo Soto. Una de sus metas es mostrarles su necesidad por el ‘sueño de Jesús’ y la necesidad de salvación.

En vez de pensar en lograr tener una iglesia grande, Soto aspira a ver un movimiento de plantación de iglesias por toda el área metropolitana para así alcanzar a los perdidos.

Sin embargo, los problemas que enfrenta la comunidad hispana pueden dificultar el evangelismo y el discipulado. Muchos tienen que trabajar en dos o tres empleos para sobrevivir, y no les queda tiempo para hacer otras actividades. Así que Soto invierte en sus vidas a través del discipulado en persona, reuniéndose en cafeterías, en el parque o en las casas.

“Yo veo el fruto para los hispanos en esta comunidad,” dijo Soto. “Hay nuevo liderazgo, nuevos plantadores de iglesias y nuevos maestros, pero es un sacrificio. Es un trabajo sacrificado día tras día tras día.”

Soto ha visto a varias familias comenzar a cambiar por el poder del Evangelio. Familias enteras comienzan a adoptar la obra de la iglesia: los padres, los jóvenes y los niños.

“La gente tiene el entusiasmo para ir y hacer otros discípulos,” dijo Soto. “Veo a nuestra iglesia haciendo más y más discípulos,” lo cual, según señala, conlleva a comenzar nuevas iglesias.

A pesar de los horarios caóticos de los miembros de su iglesia, Soto ha iniciado un grupo de discipulado profundo que dirige como una clase universitaria para capacitar líderes de la iglesia y futuros plantadores misioneros. Juntos estudian la Biblia y leen libros de teología y ministerio.

Ahora, hombres como José Castillo están preparados para ser enviados como misioneros. Aunque puede ser difícil enviar a sus propios colaboradores en el Evangelio, Soto sabe que es necesario.

“La sensación es gozo, y lloras,” dijo. “Pero tienes gozo porque este es el propósito de una iglesia: esta es la Gran Comisión, ‘Ve y haz discípulos.'”

Soto está a punto de ver iglesias que impulsen un movimiento evangelístico en Salt Lake City. Las donaciones para la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong hacen que esto sea posible proveyendo recursos a los misioneros de la Junta de Misiones Norteamericanas, NAMB. Para obtener más información, visite anniearmstrong.com.
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