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Los venezolanos, huyen del tumulto, encuentran ayuda en una montaña


CÚCUTA, Colombia (BP) — El verano pasado, cuando murió el padre de Nelson Martínez, él heredó un pedazo de tierra a medio día de camino en la montaña, desde su ciudad natal de Cúcuta, Colombia. La propiedad se ubica a 10,000 pies de altura en la cima de la fría montaña, donde a menudo llueve. Cada día, varios cientos de venezolanos sin ropa adecuada para el clima atraviesan por ahí en su camino buscando comida, empleo y medicinas en una nueva tierra.

Algunos han muerto de hipotermia. Todos están desesperados.

Martínez, quien ha servido como pastor en Houston, Texas, siente que ha heredado esta propiedad justo a tiempo para ayudar a las masas que huyen del colapso de la economía venezolana.

Al otro lado de la carretera frente a su nueva propiedad heredada, Martínez — junto con su hermano — también heredó un restaurante mediano que era de su padre; estuvo fuera de uso por años. “Cada vez que va para allá, estos venezolanos pasan y se le rompe el corazón,” dijo Theo Starr*, de 30 años, un misionero de la Junta de Misiones Internacionales (IMB) quien vivió y sirvió 27 años en Venezuela y ahora ministra a los venezolanos desde el país vecino, Colombia.

Martínez, Starr y otros individuos y organizaciones han unido sus fuerzas para hacer una serie de estaciones en el camino donde cruzan la montaña los “caminantes” venezolanos, como les apodaron los medios internacionales de comunicación. Sus planes incluyen un lugar con literas, calentadores, duchas y comida, Estos creyentes de diferentes países y trasfondos tienen un deseo en común: hacer que una luz brille entre la oscura pesadilla.

El deseo del corazón de Starr es que haya más estaciones en el camino para ayudar a cada posible individuo en el río de personas que fluye de Venezuela hacia Colombia y otros países vecinos.

Desde el 2013, en medio de un desastre económico sin precedentes, más de 2.3 millones de venezolanos han salido del país. Algunos de los que se encuentran en este éxodo son colombianos que regresan décadas después de que ellos huyeron de la guerrilla en su nación para hacer una nueva vida en Venezuela.

La moneda venezolana se ha desplomado este año, con precios que se han duplicado cada 26 días en promedio, según BBC News. Los economistas dicen que la tasa de inflación alcanzará, y muy probablemente sobrepasará, un millón por ciento a finales de este año.

Más de 5,000 personas salen del país diariamente escapando del hambre, el desempleo, la falta de cuidados médicos y de uno de los países con la mayor tasa de homicidios. Mientras lo hacen, las iglesias de la Convención Nacional Bautista de Venezuela han perdido entre el 20 y 30 por ciento de su membresía, a menudo incluyendo al liderazgo pastoral y de la iglesia, dijo Starr. Los líderes de la convención también han compartido que no saben cómo van a continuar pagando los salarios del personal de la convención.

Y aún así, Dios está obrando, dijo Starr. Los miembros de la iglesia no solamente han disminuido — han aumentado porque los creyentes siguen compartiendo el evangelio en medio del sufrimiento. “Están apretando el paso con el evangelismo comunitario y satisfaciendo necesidades y se están abriendo puertas para compartir,” dijo.

Fuera de Venezuela, los pastores que se han esparcido por todo el continente están plantando iglesias. Ya se han plantado dos iglesias nuevas en Cúcuta, y cinco equipos venezolanos de plantación de iglesias ya están trabajando en comenzar nuevas congregaciones en Perú. Y un misionero de la JMI en Chile está trabajando con un grupo de plantadores de iglesias venezolanos para adoptar un lugar donde no ha habido una plantación local de iglesia.

“Es mi opinión que en los próximos 5 a 10 años, los venezolanos plantarán iglesias por todo el continente americano,” dijo Starr. “Es una imagen de redención en medio de una situación masiva de refugiados ocurriendo no tan lejos de los Estados Unidos.”

En un mar abrumante de necesidades, Starr dijo que está haciendo lo que puede y anima a otros a hacer lo mismo. Mientras crece la crisis, la fe de las iglesias en los países vecinos está recibiendo un reto. Starr dijo que algunas iglesias en Colombia están viendo la necesidad y están respondiendo, haciendo lo que pueden para ayudar a las masas que van pasando.

“Yo les digo seguido, ‘El campo misionero está caminando frente a nuestras iglesias, frente a nuestras casas. Este es el momento donde respondes y sirves y eres movido por el Espíritu de Dios o te quedas callado en tu iglesia y no haces nada,'” dijo Starr. “Estamos comenzando a ver un movimiento de nuestras iglesias aquí en Colombia, también en Perú y en otros lugares.”

En toda la región, los fondos de Baptist Global Response están afianzando sus esfuerzos. En varios lugares, BGR ha ayudado a proveer comida y paquetes de higiene para los refugiados que abandonan Venezuela. Los directores de los proyectos de BGR también están ayudando con técnicas de agricultura que capacitan a los venezolanos para cultivar cosechas de alto rendimiento para su propio sostenimiento.

Jeff Palmer, director ejecutivo de BGR, dijo que están haciendo su mejor esfuerzo para unirse a las iglesias del área y satisfacer las necesidades básicas de la gente.

“Muchas de estas familias vivían bien y tuvieron que dejarlo todo porque ya no podían conseguir comida,” dijo Palmer. “Simplemente están buscando maneras de sostener a sus familias. Queremos ayudarles lo mejor que podamos.”

En Brasil, por ejemplo, BGR se está asociando con otros para ayudar a que un centro bautista para refugiados provea a los venezolanos un lugar para darse una ducha, lavar su ropa, cortarse el pelo, recibir ayuda médica y dental, escuchar el evangelio y recibir consejería espiritual. Pero incluso así, los recursos no ajustan para satisfacer tan vasta necesidad, dijo Starr.

“Oren por los creyentes que están sufriendo por falta de alimentos y medicinas básicas,” pidió Starr. “Y oren por los pastores que cargan con el enorme peso de ministrar a la gente, escuchar sus historias y ver que no tienen los recursos para ayudarles.”

Si desea apoyar estos esfuerzos visite gobgr.org.

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  • Por Grace Thornton