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Estén alertas en medio de las distorsiones de la Biblia


JEFFERSON CITY, Mo. (BP) — Los evangélicos pueden no estar de acuerdo en muchas cosas, pero estamos juntos en las cosas no negociables que definen la fe cristiana: la Trinidad, la justificación por fe, y la inspiración y autoridad de las Escrituras, para nombrar unas pocas.

Muchos sistemas de creencias, desde el mormonismo hasta el islam, profesan alta estima por la Palabra de Dios. Sin embargo, de hecho, niegan su inspiración, inerrancia o preservación y por lo consiguiente rechazan la Biblia como supremamente autoritativa.

Específicamente, tales religiones emplean cuatro tácticas para menoscabar las Escrituras:

1) La cambian.

La más evidente de estas es la Biblia de la Sociedad Torre del Vigía y Tratados, cuyos miembros son conocidos como testigos de Jehová.

A finales de los 1800s, Charles Taze Russell propulsó un estudio bíblico para esparcir su negación de la Trinidad, la resurrección física de Jesús, y el castigo eterno de los malvados en el infierno, e inteligentemente torció las Escrituras para respaldar sus falsas enseñanzas. Para no ser menos, sus sucesores produjeron su propia versión del Nuevo Testamento en 1950 y la Traducción del Nuevo Mundo (NWT) en 1961.

Revisada en 1984, y de nuevo en 2013, la NWT es una versión satanizada de la Biblia. Seis traductores — solo uno de los cuales tenía entrenamiento en lenguajes bíblicos — esencialmente eliminaron la deidad de Cristo de pasajes como Juan 1:1, Juan 8:58 y Colosenses 1:15-17, y enturbiaron otras doctrinas esenciales.

Los testigos de Jehová pueden considerar la NWT como “una traducción precisa y fácil de leer de la Biblia” (jw.org), sin embargo, distinguidos eruditos bíblicos no están de acuerdo. El erudito británico H.H. Rowley la llama “un brillante ejemplo de cómo la Biblia no debe ser traducida.”

Bruce Metzger, el fallecido profesor de lenguaje del Nuevo Testamento y literatura de Princeton, llamó la versión de NWT de Juan 1:1 (“y la Palabra era un dios”) “una traducción espantosa,” “perniciosa” y “reprensible.” Adicionalmente declaró: “Si los testigos de Jehová toman esta traducción seriamente, ellos son politeístas.”

Aun así, los testigos son fuertemente animados a leer solamente la NWT y a asimilar docenas de páginas de la literatura Atalaya cada semana. Tristemente, como resultado, los testigos encuentran difícil ver al verdadero Jesús en sus biblias, y creen en cambio que él es un ser creado, el arcángel Miguel.

2) Dudan de ella.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (LDS, conocidos como mormones) dicen tener la Biblia en alta estima, pero con una advertencia. Entre los artículos de fe de la LDS está esta declaración: “Creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente …”

En otras palabras, los mormones dudan de la credibilidad de la versión de la Biblia Reina Valera que leen y libremente distribuyen debido a que el fundador José Smith enseñaba que las porciones largas de la Escritura se habían perdido o alterado. Para Smith, este es el resultado de la caída de la iglesia en completa apostasía después de la muerte de los apóstoles — una terrible situación que Dios lo envió a solucionar.

Entonces, ¿qué hacen los mormones? Confían en la “Versión Inspirada de la Biblia” de José Smith, esencialmente la versión Reina Valera, que Smith “corrigió, revisó, alteró, añadió y le quitó,” de acuerdo a los registros de la LDS.

Más aún, los miembros de la LDS son animados a confiar en otros “escritos estándares” como el Libro del Mormón.

3) La diluyen.

La Iglesia LDS se apoya en la Biblia, el Libro del Mormón, Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio como sus cuatro fuentes escritas de autoridad. Además, pueden recibir nuevas revelaciones a través de su profeta, vidente y revelador vivo — el presidente de la Iglesia LDS.

Entretanto, los testigos de Jehová son exhortados a interpretar la Escritura a la luz de los voluminosos estudios bíblicos y revistas del Atalaya. El fundador Charles Taze Russell una vez se jactó de sus estudios de las Escrituras: “No son solo comentarios de la Biblia, sino que son prácticamente la Biblia misma.”

De manera similar, los cienciólogos se apoyan en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras de Mary Baker Eddy para obtener un entendimiento apropiado de la Biblia.

4) La reemplazan.

El islam dice ser la restauración del monoteísmo de Abrahán, y el Corán llama a los judíos y los cristianos “la gente del libro.” Los musulmanes creen en los libros de Moisés, los salmos de David y la historia de Jesús.

Sin embargo, dicen que la Biblia no puede ser confiable porque judíos y cristianos han alterado los textos. Por lo tanto, uno debe leer la Biblia a través del lente del Corán para discernir cuáles partes son verdaderas. Esencialmente, la Biblia no es necesaria.

Esto es debido a que Alá entregó el “eterno Corán” a Mahoma a través del ángel Gabriel durante un período de 23 años.

Dicen que el Corán es la última, perfecta y eterna palabra de Dios, que reemplazó y corrigió todo lo que llegó antes de él. De manera similar, Mahoma es el “sello de los profetas,” el último de los 124,000 voceros de Alá, que entregó el capítulo final de la voluntad revelada de Alá.

Ya sea cambiando, dudando, diluyendo o reemplazando la Biblia, los falsos sistemas de creencias omiten enseñar correctamente la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15).

Cuánto mejor recibir la Escritura por lo que es: “inspirada por Dios … útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16, 17).

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  • Por Rob Phillips