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Ayuda humanitaria: Asegurándose de que llegue a las almas necesitadas


ASIA CENTRAL (BP) — No era como se suponía que pasaran las cosas. Respondíamos a un desastroso terremoto que golpeó un área remota de Asia Central y mató a miles de hombres, mujeres y niños. Nuestros tres camiones cargados de provisiones recién habían pasado una traicionera curva en el camino montañoso que bordeaba el precipicio de un cañón.

De repente, los dos camiones delante de mí comenzaron a reducir la velocidad. Cuando yo desaceleraba, observé como una roca grande rodaba hacia el frente del primer camión. El chofer abrió la puerta y saltó del vehículo aun en movimiento; el chofer del segundo camión hizo lo mismo. Ambos camiones se fueron al fondo.
En cuestión de segundos, una multitud corrió cuesta abajo hacia los camiones abandonados. Era una emboscada.
Salté de mi vehículo y les grité a los choferes: “¡Déjenlos que se queden con todo!” Los atacantes se subieron al camión y agarraron todo lo que podían cargar. Los niños pequeños en la turba se unieron a la refriega, solo para que los saqueadores más fuertes les robaran las cosas. A los pocos minutos no había nada. Los vándalos volvieron a las montañas y, de nuevo, a esconderse.
Intentos catastróficos como este no solamente son dolorosos; ocurren simplemente debido a la falta de un buen planeamiento. El resultado es que los recursos son malgastados y las buenas oportunidades para ayudar verdaderamente a la gente en necesitad se pierden.
Cuando las cosas van mal, es verdaderamente bueno recapacitar y evaluar. Pero aun un mejor enfoque es buscar entrenamiento primero y, por ende, evitar traspiés prevenibles.
Después de ver esto pasar una y otra vez, sería fácil desanimarse. Pero en vista de los problemas, mi organización — Respuesta Global Bautista — ha trabajado a través de los años para averiguar cómo estratégicamente proveer auxilio a personas de manera que realmente sea de ayuda. Nuestra meta es modelar y entrenar a otros a cómo dar un vaso de agua en el nombre de Jesús (Mateo 10:42, Marcos 9:41) de manera que muestre el corazón de Jesús hacia el mundo y además reconozca la necesidad que el mundo tiene de Jesús.
Muchas de las razones comunes de la falla para que los esfuerzos de ayuda logren sus metas son el resultado de un planeamiento pobre:
— No se hace una evaluación de la situación antes de la distribución.
— No se crea de antemano una lista de las víctimas y los beneficiarios de ayuda más vulnerables.
— No se hace un plan de seguridad predeterminado con la comunidad.
— No se utiliza un punto de distribución de acceso restringido.
Dicho esto, un poquito de planeamiento de una buena estrategia puede facilitar un proceso eficaz para los esfuerzos de ayuda:
— Evalúen la necesidad tanto con los socios nacionales como con la comunidad afectada.
— Permítanles que digan lo que se necesitan y quien debe recibir la ayuda.
— Distribuyan con antelación cupones a los beneficiarios para que los rediman el día de la distribución.
— Hagan que los beneficiarios se alineen y se registren antes de comenzar.
— Pongan el punto de registro a buena distancia del punto de distribución.
— Distribuyan los artículos en un lugar de acceso restringido (no la parte de atrás del camión).
— Planeen distribuir todo en una o dos horas.
Sería difícil encontrar un líder en el Nuevo Testamento que no apoyara el satisfacer las necesidades, sin embargo, nunca perdieron el énfasis en la aun mayor necesidad espiritual. Los Evangelios abundan en buenos ejemplos en los cuales la verdad fue compartida y las necesidades fueron llenadas. Muchas personas llegaron a Cristo debido a cierta clase de necesidad. En los Evangelios, Jesús compartió la verdad sobre sí mismo más de 150 veces. En casi 100 de esas veces, también ofreció sanidad física y/o alivio al hambre.
Lucas escribió en Hechos que la iglesia tenía todas las cosas en común para ayudar a aquellos en necesidad (Hechos 2:43–47). El resultado de tal preocupación en la iglesia fue la conversión de muchos. Los grupos regionales de cristianos contribuyeron a auxiliar a aquellos en necesidad debido a la hambruna, como Macedonia y Acacia (Romanos 15:6). Pablo conectó las necesidades físicas y espirituales de la gente (Romanos 15:27). Él y Bernabé — siguiendo las instrucciones del Concilio de Jerusalén y sus líderes, Jacobo, Pedro y Juan — vieron que la ayuda a los pobres era importante (Gálatas 2:7–10).
Respuesta Global Bautista equipa al personal de auxilio para que planeen tener una distribución segura de ayuda debido a que el entrenamiento bien planeado ayuda a maximizar las oportunidades del “vaso de agua” para ayudar a la ilimitada expansión del Reino. Las crisis humanitarias son verdaderamente trágicas, pero los intentos de llevar alivio en esos momentos no debieran serlo. Las oportunidades de entregar ayuda son también oportunidades de revelar los principios de verdad, gracia y sabiduría del Reino a la gente cuyas necesidades son físicas, pero también críticamente espirituales.

    About the Author

  • Por Pat Melancon

    Pat Melancon, quien ha servido en desastres internacionales durante más de 25 años, es el director de área de la cuenca de Asia de Respuesta Global Bautista, en línea en www.gobgr.org.

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