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La transición de género de un prisionero muestra la necesidad de un ministerio


SACRAMENTO, Calif. (BP) — La primera cirugía de reasignación de género financiada por el gobierno para un prisionero en los EE UU ha sido citada como evidencia de la necesidad de abordar los problemas de la identidad de género en los ministerios cristianos en las prisiones.

Shiloh Quine, un asesino convicto sirviendo una sentencia de cadena perpetua sin opción de libertad condicional, se está recuperando de una cirugía de reasignación de género masculino al femenino, financiada por el estado de California, según reportó The Washington Post el 10 de enero.

La cirugía de transición de género de Quine ocurrió después del acuerdo llegado luego de una demanda que él presentó solicitando el procedimiento. Por décadas él se ha identificado como mujer, según Associated Press, y tiene un historial de depresión e intento de suicidio. Fue acusado de robo, secuestro y asesinato en 1980.

De las 64 peticiones de cirugía de reasignación de género en el sistema carcelario de California, se han aprobado cuatro, 13 esperan una decisión y se han negado 51, reportó The Washington Post. Hay un total de 475 prisioneros en las cárceles de California que se identifican como transexuales.

Ben Phillips, director de la extensión de Southern Baptist Theological Seminary en la Unidad Darrington del Departamento de Justicia Criminal de Texas, dijo que el deseo de algunos prisioneros de cambiar de género refleja una percepción “visceral” de que “hay algo seriamente mal en la manera en que han vivido sus vidas.”

“Muchos prisioneros saben que se necesita un cambio mayor, y de hecho lo quieren hacer,” dijo Phillips a Baptist Press en unos comentarios por escrito. “Algunos pudieran estar genuinamente convencidos de que el problema reside en su género y [creen] que si lo cambian, entonces cambiará su comportamiento también.”

Pero “a pesar de la intensidad de la cirugía de reasignación de género, es un hecho que ésta es ‘más fácil’ que abordar el problema real,” dijo Phillips. “Ciertamente lo que se necesita es una transformación mayor, pero es la transformación del corazón, no la del género. Solamente el Evangelio de Jesucristo es lo que puede transformar el corazón de un prisionero. Cualquier otra cosa corre el riesgo de intercambiar un grupo de problemas por otro, básicamente”

En el caso de Quine, California acordó que lo transfirieran a una prisión para mujeres luego de la cirugía. El estado planifica someterse a la orden de la corte para permitir que la ropa y otros artículos personales sean consistentes con el género percibido del prisionero, tal como bufandas y collares para hombres, reportó AP.

La trasferencia a una cárcel para mujeres es particularmente alarmante para Phillips.

“Estoy seguro que los sistemas carcelarios estarán preocupados sobre… el peligro de los prisioneros que desean la cirugía de reasignación de género o que dicen ser transexuales, ya que pudiera haber ‘contacto físico inapropiado’ con otros prisioneros,” dijo Phillips. “La Ley de Eliminación de las Violaciones Sexuales en la Prisión, primero aprobada en Texas bajo el gobernador George W. Bush, y después a nivel federal bajo el Presidente [Bush], maneja el hecho de que el contacto sexual en la prisión siempre o casi siempre tiene un componente coercitivo o manipulativo.”

Otra preocupación es que los prisioneros pudieran “cambiar su apariencia radicalmente” a través de la transición de género como un esfuerzo por evitar que los detecten después de sus intentos por escapar, dijo Phillips.

David Crosby, pastor en Nueva Orleans, quien ha ministrado a los prisioneros condenados a muerte en Texas, concordó en que el permitir que los prisioneros tengan cirugía de reasignación de género no solamente presenta problemas de seguridad si no también problemas financieros.

La cirugía de reasignación de género “debe ser considerada como optativa y por lo tanto no estar cubierta por los contribuyentes de impuestos,” dijo Crosby a BP en unos comentarios por escrito. “En general se apoya en la terapia hormonal y a menudo en la depilación, los cuales definitivamente son tratamientos cosméticos y continuos.”

Crosby señaló, “Los prisioneros están obligados a vivir vidas célibes. Esta cirugía sugiere comportamientos que rompen ese protocolo y pudieran amenazar la seguridad, la cual es una prioridad en las prisiones.”

El costo de la cirugía de reasignación de género pudiera alcanzar los $100,000 por caso, incluyendo los tratamientos que la acompañan y son necesarios antes y después de la cirugía, según los Servicios de Salud de las Correccionales de California.

Una corte de Massachusetts falló en el 2012 que un asesino sentenciado debe recibir cirugía de reasignación de género financiada por el estado, pero el fallo fue derogado con una apelación, según los reportes de los medios.

Un asesino condenado en California fue puesto en libertad condicional el año pasado después que un juez federal ordenó al sistema de prisiones estatales que proveyera la cirugía de reasignación de género. El prisionero dijo que iba a proceder con la cirugía por su cuenta una vez que saliera de la cárcel.

Una resolución de la Convención Bautista del Sur 2015, sobre la “identidad transexual,” afirmó “que la identidad de género está determinada por el sexo biológico y no por la percepción personal.”

La resolución “exten[dió] el amor y la compasión a aquellos” que están experimentando “un conflicto angustiante entre su sexo biológico y su identidad de género.” La declaración “invi[tó] a todos los transexuales a confiar en Cristo y experimentar la renovación en el Evangelio.”

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  • Por David Roach