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EDITORIAL: El Poder de la Cruz


Vivimos en días donde los líderes del mundo desean tener el poder en sus manos. Algunos líderes políticos desean gobernar libremente sobre los ciudadanos de su país. Hay dictadores que utilizan el poder militar para destruir el bienestar y obtener los bienes de sus países vecinos. Otros desean el poder de armas nucleares con la intención de aniquilar a sus enemigos con sólo presionar un botón. Hay muchos grupos con intereses especiales mundialmente que están constantemente presionando a los gobiernos para ejercer gran poder e influencia en la sociedad.
Pero nosotros como seguidores de Cristo sabemos que sólo hay un poder y no se encuentra en este mundo. Es un poder divino. Este poder viene de lo alto y es más valioso que cualquier otro tipo de poder que pueda existir en la tierra. El poder de Dios es un poder que libera a las personas del pecado, de la muerte, y del infierno. El poder de Dios está en el mensaje de la cruz. Es en la cruz donde Dios mostró la salvación para todo el mundo. Sin embargo, el mensaje de la cruz para muchos sigue siendo una locura.
“Porque para los que se pierden, el mensaje de la cruz es locura; pero para nosotros que somos salvos, es poder de Dios.” 1 Cor. 1:18 RV 1960
Cuando ponemos nuestra mirada en la cruz, vemos que Dios hace una declaración de amor para toda la humanidad del mundo. Porque cuando Cristo murió en la cruz, Dios declaró a toda persona que Él ama a los pecadores y en la cruz tenemos la única solución espiritual para ser salvos.
“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.” Romanos 5:6-11 RV 1960
Cuando vamos hacia la cruz, vemos que Dios provee una salvación que es eterna. La Biblia nos dice que no podemos ser limpios sin un “sacrificio apropiado” que es de sangre.
“Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” Hebreos 9:22 RV 1960
Esto se ve desde el principio con Adán y Eva, cuando ellos pecaron. Dios puso en marcha un sistema de sacrificios matando animales para cubrir sus cuerpos con pieles. Lo mismo se hacía en los días del Tabernáculo y en el Templo donde se hacían sacrificios de toros y machos cabríos para quitar los pecados del pueblo de Dios. Sin embargo el problema era que los pecados no se borraban para siempre.
Pero cuando Cristo murió en la cruz, Él pudo quitar los pecados de todos, una vez y para siempre.
“…pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecadores, se ha sentado a la diestra de Dios.” Hebreos 10:12 RV 1960
El poder de la cruz produce tres cosas maravillosas.
• El pecado muere.
• El infierno es derrotado.
• Y el cielo es logrado.
Gregorio de Nazainzus en 381 después de la muerte de Cristo escribió estas declaraciones.
1. Cristo empezó su ministerio teniendo hambre, sin embargo Él dijo: “Yo soy el pan de vida”.
2. Cristo terminó su ministerio terrenal teniendo sed, sin embargo Él dijo: “Yo soy el agua viva”.
3. Cristo se cansaba, sin embargo Él dijo: “Yo soy el verdadero descanso”.
4. Cristo pagó tributos a los gobiernos, sin embargo Él es el Rey de reyes.
5. Cristo fue acusado de tener un demonio, sin embargo Él echaba fuera a los demonios.
6. Cristo lloró, sin embargo Él quita todas nuestras lágrimas.
7. Cristo fue vendido por treinta monedas de plata, sin embargo Él redimió al mundo.
8. Cristo fue traído al matadero como un cordero, sin embargo Cristo es el Buen Pastor.
9. Cristo murió, sin embargo por Su muerte Cristo conquistó el poder de la muerte.
¡Comparta el poder de la cruz con alguien hoy! Cristo no está muerto; ¡Él vive!

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  • Michael A. Gonzales