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EDITORIAL: El día de Acción de Gracias


NASHVILLE (BP) — Para la mayoría de los que nacimos fuera de los Estados Unidos, este importante día festivo no tiene raíces en la cultura de nuestros países de origen. La razón es bien simple: Esta es una festividad norteamericana que también se celebra en Canadá. Hoy día, debido a la globalización y a la influencia de la cultura y sociedad norteamericanas, también se celebra en otros países, aunque no como una fiesta nacional ni dándole la importancia que esta fiesta tiene.

Desde el año 1863, el Día de Acción de Gracias se celebra en los Estrados Unidos de América en el cuarto jueves del mes de noviembre como una fiesta nacional. En ese año, el Presidente Abraham Lincoln, en medio de la Guerra Civil, estableció oficialmente ese día para dar gracias y alabar a nuestro Padre Celestial. Anteriormente, en 1789, el Presidente George Washington había proclamado el Día de Acción de Gracias como un día de fiesta oficial para toda la nación, dedicándolo a alabar y agradecer a Dios sus muchas bendiciones.

Tenga presente que “oficialmente”, los Estados Unidos de Norteamérica, aún son: “Una Nación bajo (regida por) Dios”. A lo menos todavía, en algunos lugares oficiales se puede leer un letrero que dice: “En Dios confiamos”. También en algunos documentos y en las monedas y billetes que circulan dice lo mismo. En la práctica, en la mayoría de los casos, las acciones están bien lejos de validar este postulado. Probablemente, algún día no muy lejano, alguien va tratar y quizás logre, eliminar esta mención que en definitiva no significa mucho, si tomamos en cuenta el giro que ha tomado nuestra sociedad.

Casi todos los historiadores coinciden en afirmar que la primera vez que se celebró el Día de Acción de Gracias en el Nuevo Mundo, fue en el año 1621. Los peregrinos usaron la ocasión para dar gracias a Dios, alabar Su nombre y festejar. Para ello, usaron los productos que tenían a su alcance, entre otros el pavo. Estos alimentos se convirtieron en los elementos “tradicionales” para la celebración de la cena familiar de ese día tan especial.

Siempre, a través de la historia, el centro y el énfasis se fijaron en Dios. En dar gracias y alabar Su nombre en familia y no en lo que se iba a poner en la mesa para comer, ni en la manera en la que se decoraría la casa para la ocasión.

Pero con el paso de los años, la sociedad norteamericana se ha ido secularizando y comercializando, apartándose de Dios y desviando el centro de atención de esta celebración del Creador hacia algunas de las cosas creadas. Recuerdo haber escuchado una acalorada discusión entre dos cristianos acerca de si se debía consumir otro alimento que no fuera el pavo tradicional en esta fecha.

Claro está que lo que hace al Día de Acción de Gracias no es lo que se come, sino a quién se alaba y se le dan gracias. Los cristianos que nacimos en otras tierras, tenemos que aplicar el viejo refrán español, y en este caso, remontándonos a los orígenes de la festividad poner en práctica y hacer válido que: “Donde fueres, haz lo que vieres”.

De la misma manera que llamarle a la Navidad “Fiestas”, llamarle al Día de Acción de Gracias día del pavo, es una abominación. Celebremos este día para agradecer y alabar a Dios, usando la ocasión para testificar de Cristo. Esta es una buena oportunidad para invitar a otros que tal vez no tienen familiares cerca, a venir a nuestra casa y compartir con ellos nuestra mesa. Este día nos da un motivo especial para ir temprano en la mañana a algún centro de ancianos u otro lugar, en el que los que se encuentran allí, muchas veces han sido olvidados por sus familiares, para tocarlos con un gesto que deje ver nuestro agradecimiento a Dios. Mostremos con nuestros actos, cuan agradecidos estamos por las bendiciones que Dios derrama cada día sobre nosotros.

Pienso que una buena manera de mostrar con hechos nuestro agradecimiento al Creador, es compartiendo con otros Su amor incondicional. Sin dudas, el Día de Acción de Gracias es un gran día que debemos celebrar y una oportunidad que debemos usar. Dice un viejo himno: “Brilla en el sitio donde estés”… Hoy estamos aquí, en esta gran Nación, por la misericordia de Dios para con nosotros o para con nuestros padres o abuelos. Celebremos con entusiasmo y reverencia el Día de Acción de Gracias y mostrémosle al mundo no creyente que toda la prosperidad y riqueza que disfrutamos hoy, ha sido un regalo de la misericordia de Dios para con nosotros y para con este gran país que se fundó reconociendo la autoridad de Dios y sometiéndose a Él.

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  • Por Oscar J. Fernandez