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‘Desde Florida,’ voluntarios del ministerio de Ayuda en Desastres llevan esperanza


SUMMERVILLE, C.S. (BP) — Al costado del rápido Río Edisto en Carolina del Sur, Joyce Grooms observaba a los voluntarios bautistas de Florida del ministerio de Ayuda en Desastres deshacerse de todas sus pertenencias terrenales, arruinadas por la inundación que afectó a su casa.

Aunque toda su vida había vivido en este pintoresco rincón frente al río, Grooms, de 81 años, vio perdidas casi cuatro décadas de su propio hogar, dañado por el torrente. Los recuerdos la inundaron.

“Tengo que aceptar que esta es la voluntad de Dios,” dijo la miembro de Old Fort Baptist Church en Summerville, C.S. “Él tiene un propósito al permitirlo. Nosotros no sabemos por qué. Pero Él dice que nos dará la gracia suficiente.”

Fue allí en la cocina junto a la gran ventana que daba al río que ella se sentaba diariamente a tener su tiempo devocional con Dios, Biblia en mano. Y aún así la alguna vez tranquila vista del río delineado por los cipreses se volvió un reto demasiado grande para su casa cuando el huracán Joaquín golpeó el estado a inicios de octubre, inundando los hogares de numerosos habitantes del área adyacente al cauce del río. El agua se elevó 8 pulgadas en su casa. Dos semanas después, el río continuaba en el nivel de inundación.

Cuando los equipos del ministerio bautista de Ayuda en Desastres de San José Baptist Church en Jacksonville y de St. Johns River Baptist Church llegaron a su casa para comenzar la limpieza, el voluntario Jim Briggle de Keystone Heights llevó de la mano a la anciana por toda la casa para que viera su contenido por última vez. Tomados de la mano, observaron el daño para prepararla emocionalmente.

“Sé que Dios me ayudará,” dijo Grooms. “En lo que venga, Él me ayudará.”

Esa mañana, cada mueble, electrodoméstico y pared fue desechada, sin mucho que pudiera conservarse.

Hasta el 22 de octubre, los voluntarios del ministerio bautista de Ayuda en Desastres provenientes de 15 estados, estaban trabajando en cuatro áreas principales en Carolina del Sur. Un total de 493 casas fueron evaluadas para ser recuperadas, limpiar el lodo o ser reconstruidas. Hasta la fecha, 577 hogares han sido reparados, lo cual abarca todo desde limpieza ligera hasta proyectos muy vastos. Se prepararon y sirvieron casi 70,000 comidas en este esfuerzo.

Los grupos del ministerio bautista de Ayuda en Desastre de Florida llegaron a Summerville — al noroeste de Charleston — el 13 de octubre. Se instalaron en Old Fort Baptist Church y se quedaron hasta el 23 de octubre.

Durante ese tiempo, 92 voluntarios representando a varias iglesias bautistas de Florida y varias asociaciones, evaluaron 148 obras y completaron 114. Ayudaron a 55 dueños de casas a limpiar sus dañados hogares, cortando la pared de tabla roca empapada hasta la línea justo encima del daño causado por la inundación y repararon daños causados por el moho. Se sirvieron un total de 1,079 comidas y los voluntarios de Florida hicieron 60 contactos espirituales.

Para los propietarios residentes en la costa de Carolina del Sur, los días caóticos después de la marcha del Huracán Joaquín por el estado, se llenaron de incredulidad y aflicción. Lo que alguna vez fueran arroyos, lagunas de contención y zanjas de drenaje se convirtieron en ríos caudalosos que consumieron casas y desarrollaron moho, suciedad y a veces, plagas.

El camino a la par de Peppercorn Lane en el norte de Charleston quedó cubierto de montañas de escombros empapados y con moho. Los vehículos de los equipos de ayuda de Florida y Oklahoma se alinearon en el camino para ayudar a las familias con necesidades en este vecindario de clase media.

Un equipo de ayuda en desastres de Central Baptist Church en Monticello, Florida, comenzó a limpiar una casa en el camino, sólo para descubrir que estaba infestada de cucarachas. Mientras los voluntarios apilaban barril tras barril de desechos en la curva, las cucarachas se escapaban desde la cima de montón de escombros.

Usando máscaras en la cara y guantes en las manos, los voluntarios bautistas de Florida continuaron su labor a pesar de la peste, suciedad y cucarachas que resbalaban de sus cabezas.

Es un trabajo sucio, admitió una voluntaria, y abuela, Cindy Adams, cuyo hijo, Daryl Adams, sirve como pastor de la iglesia en Monticello.

“Podemos darles esperanza y un nuevo comienzo al hacer el trabajo arduo. Ahora, pueden reconstruir y tener un nuevo inicio,” dijo. “El trabajo pesado ya está hecho, porque Jesús lo hizo.”

Entre los voluntarios bautistas de Florida hubo 14 estudiantes de The Baptist College of Florida, quienes cambiaron una semana de libros y estudios por una donde durmieron en el piso de la iglesia en Summerville y limpiaron casas inundadas. Los estudiantes fueron traídos por el profesor David Coggins, quien quería que vieran con sus propios ojos el ministerio que no se puede hacer en un salón de clases. “Al hacer esto podemos apoyar a las iglesias y apoyar a la convención y obtener experiencias de primera mano,” dijo.

“Me apasiona la ayuda en desastres, y me apasiona enseñar a los estudiantes cómo ministrar,” dijo Coggins, profesor asociado de liderazgo. “El mejor lugar para conocer gente es justo en el punto de su necesidad.”

Un poco más delante en Peppercorn Lane, Forrest Smith, director de misiones en la Asociación Bautista del Occidente de Florida, y tres voluntarios más, se dedicaron a arreglar la casa de Mabel Livingston.

En sólo 30 minutos, desde que vio por primera vez que el agua se anegaba bajo su puerta trasera, proveniente de la zanja detrás de su casa, la bien cuidada casa de Livingston quedó inundada por dentro, con 8 pulgadas de agua. Salir ilesa del vecindario fue un milagro, afirma.

Livingston y otros propietarios que recibían ayuda de los bautistas del sur no contaban con un seguro contra inundaciones.

Mientras los miembros de la familia habían ayudado a la anciana viuda con una parte de la limpieza, el trabajo adicional necesario fue hecho por los voluntarios bautistas de Florida, quienes repararon las paredes a fondo.

“Estoy sorprendida. No tenía idea que alguien hiciera esto,” dijo Livingston. “Yo no sabía qué hacer.

“Con mis ojos, miré que no había esperanza y de repente la hubo. Vinieron desde Florida para traer esperanza.”

Aunque la operación de Ayuda en Desastres de los bautistas de Florida ha regresado a casa, todavía se necesitan grupos de limpieza que ayuden a los equipos de Ayuda en Desastres de Georgia en Georgetown. Solicite más información contactando a Delton Beall, [email protected]; o llamando al 904-200-9709.

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  • Por Barbara Denman/ Convención Bautista de Florida