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La ciudadanía mantuvo a flote el ministerio pastoral del padre e hijo hispanos


FLORIEN, La. (BP) — Arturo Us, está “agradecido con Dios por ser un ciudadano de los EE UU.”

Us, quien es oriundo de la península mexicana de Yucatán, ministra a los hispanos en tres condados de Luisiana como pastor de la Iglesia Bautista El Aposento Alto, en Florien.

“Estoy bendecido,” dijo Us al ganarse la ciudadanía estadounidense el pasado noviembre junto con su hijo Arturo Jr., pastor de El Alfa y El Omega en Leesville, La. “Creo que es la voluntad de Dios la que me trajo aquí a este lugar,” dijo Us.

“No es fácil obtener la ciudadanía,” dijo Arturo Jr., “y esto es una gran bendición en nuestras vidas. Dios trae bendiciones y esta es una parte de ellas.”

Eunice, la hija de Us, es la organista de El Aposento Alto, y obtuvo la ciudadanía hace poco tiempo. Rubén, su otro hijo, pastor de la Iglesia Bautista Hispana Emanuel en DeRidder, La., está solicitándola ahora mismo e Isabel, la esposa de Us, todavía está aprendiendo inglés para un día convertirse en ciudadana.

El peregrinaje de la familia Us hacia los EE UU comenzó en una época donde él creía que no necesitaba a Dios. Ese año era 1985. Aunque su esposa ya había aceptado a Cristo, Us estaba disfrutando una vida de fiestas y lujos.

Luego, una noche, todo cambió.

Mientras manejaba por la ciudad en su auto, Us chocó en contra de un taxi y fue enviado a la cárcel por manejar en estado de ebriedad.

“Dije, Señor, ¿dónde estás? Porque te necesito,” recuerda Us. “Una cosa que había escuchado era que cuando tuvieras problemas, era el momento de pedirle ayuda a Dios.

“Él me mostró su misericordia,” dijo Us. “Fui puesto en libertad.”

Una vez que salió de la cárcel, Us hizo pública su decisión el 20 de octubre de 1985. Durante el año siguiente, Us creció en su fe, sirviendo como maestro de la escuela dominical. A través de esta experiencia, sintió el llamado a plantar una iglesia en su ciudad natal, Mérida, Yucatán.

La iglesia comenzó en la casa de Us, con su familia y algunos vecinos. Durante los próximos 16 años continuó predicando el evangelio, viendo que las almas se salvaban y seguía plantando iglesias.

Pero comenzó a sentir el siguiente llamado de Dios: salir de su zona de confort y mudarse a los Estados Unidos para aprender más sobre la necesidad de una iglesia hispanohablante en Florien. Se enteró de esto a través de un equipo misionero proveniente de esa área y que había viajado hasta Mérida.

Al inicio, la esposa de Us no quería mudarse. Cuando le preguntó por segunda vez, Isabel volvió a dejar pasar la oportunidad. Pero la tercera vez, después de escuchar a Us predicar sobre la necesidad de dejarlo todo atrás y seguir a Cristo, ella aceptó seguir el liderazgo de Dios.

Se mudaron a los EE UU para comenzar su nuevo peregrinaje el 29 de abril del 2002. Llegaron un lunes, y le dieron a Us que iba a dirigir su primer servicio de alabanza el domingo siguiente.

“Les pregunté que en dónde estaban las personas y me dijeron que yo tenía que conseguirlas,” dijo Us. “Rápidamente conseguí unas familias durante la semana, antes del primer culto de alabanza del 5 de mayo. La gente estaba buscando una iglesia y ésta era la única iglesia hispanohablante en el área. Buscaban algo que pudieran entender.”

El primer domingo, comenzó con nueve personas; la siguiente semana, vinieron 15. Hoy en día la asistencia promedio es de 45 los domingos, muchos de ellos solamente están aquí por un tiempo limitado y deben regresar a México o a otros países cuando caduquen sus visas.

Us también sirve como pastor de una misión que se reúne en la oficina de la Asociación Bautista del Distrito 8 en Natchitoches, La. En el 2013, la misión se comenzó para que la gente que trabajaba en las mañanas pudiera asistir a los servicios de alabanza en las noches. La asistencia promedio es de 30.

Desde que comenzó la obra en Florien, Us ha bautizado a unas 500 personas. Es asombroso lo que Dios ha hecho a pesar de los retos, dijo Us.

“Es difícil ser pastor en los EEUU,” dijo. “Es más difícil que en México, pero me encanta hacerlo.”

Los miembros no viven cerca de la iglesia. A veces, “viajo 75 millas para visitar a alguien que vino a la iglesia el domingo o que necesita consejería,” dijo Us. A veces, “me llaman a la medianoche” pidiéndome que les sirva de traductor en diversas circunstancias.

La Iglesia Bautista El Aposento Alto es la única iglesia hispana bautista constituida como tal dentro del Distrito 8 de la Asociación Bautista, dijo Ron Thompson, asistente del coordinador de misiones y ministerios. Thompson dijo que por lo que él ha observado, Us trabaja duro para capacitar a ambas congregaciones, la de Florien y la de Natchitoches, para que sean iglesias enfocadas en las misiones.

“Es increíble la energía que tiene; nunca para,” dijo Thompson. “Siempre está trabajando y haciendo cosas que aumenten el ministerio.

“Tiene una congregación con personas errantes, y aún así hay un impacto,” continuó Thompson. “Su actitud es, que cuando las personas tengan que irse, se van como misioneros. Capacita a todos los que puede, los ama, comparte el evangelio y verdaderamente está desarrollando discípulos.”