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SEMANA DE LA ORACIÓN: Apoyando a los ‘pescadores de hombres’ en Ecuador


[SLIDESHOW=39231,39233,39234] NOTA DEL EDITOR: Este año, la Semana de Oración por las Misiones Internacionales en la Convención Bautista del Sur es del 30 de noviembre al 7 de diciembre con el tema “Un esfuerzo sagrado: Encuentre su lugar en la historia de Dios,” con base en Mateo 28:19-20. La Ofrenda de Navidad Lottie Moon para las Misiones Internacionales en conjunto con las donaciones al Programa Cooperativo apoyan a aproximadamente 4,800 misioneros internacionales que desean cumplir con la Gran Comisión. Las donaciones para la ofrenda Lottie Moon se reciben a través de las iglesias bautistas del sur locales o por vía internet en imb.org/offering, donde también hay recursos para promover dicha ofrenda. La meta para este año es de $175 millones. Johnny y Donna Maust, en quienes nos enfocamos en esta historia, son de Alabama y Luisiana, respectivamente, y son una de las familias que se presentarán durante la Semana de la Oración de este año.

LAGARTO, Ecuador (BP) — Amadeo Torres adoptó literalmente el mandato de Jesús en Mateo 4:19: “Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres.”

Cuando contemplaba cómo compartir el Evangelio con un amigo no creyente en una aldea ecuatoriana de pescadores, Amadeo le pidió al misionero de la JMI, Johnny Maust, que le ayudara a comprar una red de pescar para un amigo.

A cambio de la red, este pescador les da a Torres y Maust una porción regular de su pesca de camarones y langostas.

Torres y Maust, su compañero clave en la plantación de iglesias, comenzaron a visitar a Luis Quintero cada domingo por la tarde en su casa en la colina, mirando al mar donde él pesca en un bote del tamaño de una canoa.

Se concentraron en compartir el Evangelio de Mateo con él. Además de personalizar el ejemplo de una red para pescar, Maust trajo un DVD con la historia de Mateo para mostrarlo a la familia de Quintero. También trajo algunos libros sobre el Evangelio.

Quintero dice que la Palabra de Dios lo ha impactado , y que esa es la razón por la cual ha puesto su fe el Cristo. Su hijo de 12 años, Marlon, siguió sus pasos. Sin embargo, la madre de Marlon, no ha querido tomar esta decisión, hasta ver si Quintero y su nueva fe en Cristo da como resultado un hombre mejor.

Por eso Torres y Maust regresaron a visitar esta casa semanalmente–para discipular a la familia sobre lo que realmente significa seguir a Cristo.

“Amadeo me ha presentado a muchas personas en el área que de otra manera yo no hubiera podido conocer,” dijo Maust.

‘Vienes ofreciendo tu amistad’
Cuando Maust conoció a Yoryi Cortez, un líder comunitario en el pueblo de Lagarto donde Maust y su esposa Donna esperan dirigir convenios con iglesias estadounidenses para plantar una iglesia, el misionero sabía que Cortez era una ‘persona de paz.’

Cortez no es cristiano pero ha accedido a participar en un estudio bíblico e incluso podría ser él mismo el anfitrión de uno.

“Tus grupos son diferentes que los otros [grupos religiosos] que han venido,” le dijo Cortez a Maust, refiriéndose a otras iglesias de los EEUU. “Por eso acepté tu invitación para el estudio bíblico. Otros grupos vienen y nos predican. Tú no vienes con [una predicación de] miedo si no con amistad. Tus iglesias vienen y hacen algo por la comunidad.”

Cortez es el dueño de una discoteca (un club para bailar) en el primer piso de la casa donde vive su madre, Gloria, a unas casas de la suya. En el segundo piso de esa casa, muchos grupos de iglesias estadounidenses han disfrutado muchas veces la comida preparada por los miembros de una clase semanal de cocina que ofrece Donna Maust.

“Si quieres usar mi casa, hágalo por favor,” le dijo Gloria a Johnny durante una ceremonia de certificación de una clase de inglés como segundo idioma, cuyos maestros son los miembros de la iglesia bautista Great Hills en Austin, Texas.

La familia Maust tiene la visión de convertir la pista rectangular de baile de la discoteca en un lugar para mostrar la película de “Jesús”, enseñar estudios bíblicos y con el tiempo tener una casa culto con nuevos creyentes.

“Están reconociendo que estamos aquí para compartir el amor de Dios,” dijo Donna. “Cuando los problemas vienen a la vida de las personas, saben que pueden contar con nuestra amistad para ofrecerles dirección, para hablar con ellos sobre Dios y orar juntos.”

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  • Por Kate Gregory