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Los peregrinos y los bautistas: una conexión poco conocida


NASHVILLE (BP) — De no haber sido por una división en la iglesia bautista, los peregrinos nunca hubieran venido a América.

Por así decirlo.

John Smyth, a quien a menudo le adjudican el crédito de haber sido el primer bautista, fue el pastor de una iglesia donde muchos de sus miembros posteriormente se llegaron a conocer como los peregrinos. Pero cuando Smyth comenzó a discutir sobre el gobierno de la iglesia con los futuros peregrinos, ellos formaron otra iglesia bajo el liderazgo de John Robinson. En 1620, una parte de la congregación de Robinson viajó a Plymouth, Mass., a bordo del Mayflower.

Después de la división, Smyth quedó convencido que la Biblia enseñaba el bautismo del creyente y comenzó el movimiento bautista.

“La mayoría de las personas no se dan cuenta de la relación tan cercana que existe entre los peregrinos y los primeros bautistas. John Smyth y William Bradford [gobernador de la Colonia de Plymouth] se conocían y de hecho Smyth fue el pastor de la iglesia de donde salieron muchos de los peregrinos antes de abandonar Inglaterra y mudarse a Holanda y después viajar hacia América,” dijo Jason Duesing, preboste de Miswestern Baptist Theological Seminary, en un comentario escrito para Baptist Press. “El mundo de los separatistas ingleses estaba muy enmarañado. Aquellos que se hicieron bautistas fueron una parte formativa de la historia que conllevó a la primera celebración de Acción de Gracias.

Smyth y los peregrinos emergieron de un movimiento en Inglaterra llamado separatismo.

A finales del siglo XVI e inicios del XVII, la Iglesia de Inglaterra, la cual era contralada por la monarquía británica, era protestante en su doctrina aunque seguía ampliamente las prácticas católicas. Un grupo de cristianos conocidos como los puritanos se oponían a los rituales católicos y enseñaba que la alabanza solamente debería incluir elementos enseñados en la Biblia. Muchos puritanos intentaron reformar la Iglesia de Inglaterra sin dejar su membresía, pero algunos puritanos radicales se separaron de la Iglesia del Estado y formaron lo que los historiadores han llamado congregaciones separatistas.

Ser separatista podía ser arriesgado. Muchos fueron encarcelados y algunos incluso fueron ejecutados por sus creencias.

“The Baptist Story,” un libro de texto que será publicado por B&H Academic y que versa sobre la historia bautista explica, “En un esfuerzo por frenar el crecimiento de los separatistas, se autorizó una ley en abril de 1593 que exigía que cualquier persona mayor de 16 años asistiera a su parroquia local, algo que comprendía a todos los que vivieran dentro de ciertos límites geográficos.”

El no obedecer la ley “significaba ser encarcelado por todo un mes,” escribieron los autores Anthony Chute, Nathan Finn y Michael Haykin. “Si, durante los tres meses después de la puesta en libertad el individuo se negara a obedecer, tal persona tendrá las opciones de escoger entre el exilio y la muerte. En otras palabras, la iglesia establecida y el estado esperaban deshacerse del problema separatista al enviar al exilio a aquellos que fueran recalcitrantes.”

Teniendo en frente las opciones del exilio o la muerte, la mayoría de los separatistas eligieron el exilio, incluyendo a cerca del 40 por ciento que terminó en Ámsterdam con su pastor Francis Johnson.

En 1608 una segunda iglesia separatista viajó a Ámsterdam pastoreada por Smyth. Al inicio, las dos congregaciones convivían una con la otra. Sus pastores se habían conocido desde que Johnson sirviera como uno de los tutores de Smyth en la Universidad de Cambridge, según The Baptist Story.

Pero el conflicto surgió cuando Smyth se mostró en desacuerdo con la distinción de Johnson en su congregación entre pastores, maestros y ancianos en el liderazgo. Smyth creía que las Escrituras combinaban los tres puestos en un solo oficio, el de pastor/anciano, y dijo que cada iglesia debería tener varios ancianos o pastores. Esta y otras diferencias llevaron a la ruptura de la amistad entre las dos iglesias.

El conflicto doctrinal también contribuyó a la división en la iglesia de Smyth –aunque los historiadores no se ponen de acuerdo sobre si la ruptura ocurrió en Inglaterra o en Holanda.

John Robinson lideró una facción de unos 100 miembros de la iglesia de Smyth, quienes con el tiempo se reubicarían en la ciudad de Leiden y se conocerían como los peregrinos, los famosos creyentes que se mudaron a América y desembarcaron en Plymouth Rock en 1620. A los pocos años Smyth llegó a la conclusión que solamente los seguidores de Jesús deberían ser bautizados y se administró el bautismo a sí mismo y a su congregación, vertiendo agua. Después Thomas Helwys asumió el liderazgo de la congregación, a la que algunos consideran como la primera iglesia bautista inglesa, cuando Smyth intentó unirse a la iglesia menonita en Holanda.

Años más tarde, cuando Bradford contaba el viaje de los peregrinos a América así como su celebración de la primera Acción de Gracias en 1621, señaló si interacción con los bautistas.

Entre los miembros de una de las primeras iglesias separatistas, Bradford escribió en “Sobre la Plantación de Plymouth” estaba “El Sr. John Smyth, un hombre de dones talentosos y un buen predicador, quien después fue electo su pastor. Pero estos últimos cayeron en algunos errores en los Países Bajos” –haciendo referencia a la adopción en Holanda de los puntos de vista bautistas en la iglesia—”ellos (mayormente) se enterraron a sí mismos y a sus nombres.”

A pesar de la opinión desfavorable de los peregrinos en cuanto a los bautistas, Duesing dijo que deberían ser recordados con gratitud durante este Día de Acción de Gracias.

“Esta congregación de ‘peregrinos’ ya había aguantado en duro viaje al haber dejado Inglaterra debido a… la persecución de la iglesia establecida, y aún así, una sección de ellos deseaba continuar el viaje aún más,” dijo Duesing. “La vida en Holanda era difícil para los exiliados ingleses y para algunos, el futuro próspero de la iglesia y la sobrevivencia en términos económicos y sociales, parecían inalcansables. El grupo del Mayflower decidió dejar todo… por la Nueva Inglaterra, en ese entonces, en parte por continuar teniendo la libertad de establecer su iglesia separada del estado, aunque también para hacerlo en un ambiente que ofrecía más potencial de sobrevivencia a largo plazo. La idea de América parecía valer la pena para emprender otro viaje arduo y costoso a nombre de estas causas.”

Como escribiera Bradford, los peregrinos también esperaban formar parte de la “propagación y avance del Evangelio en el Reino de Cristo en esas remotas partes del mundo.”

Otra conexión con los bautistas es que muchos de los descendientes de los peregrinos –los congregacionalistas de la Nueva Inglaterra—se hicieron bautistas durante el Primer Gran Despertar en la década de 1730 y 40.

Todos los cristianos, incluyendo a los bautistas, deben estudiar a los peregrinos, dijo Duesing, porque ellos son “un grupo heroico que buscó una mejor vida para sus hijos y para sus nietos centrada en una iglesia fiel al Nuevo Testamento y posicionada para buscar el avance del Evangelio.”

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  • Por David Roach