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EDITORIAL: 20 Tesis para una Espiritualidad Cristiana Sana


NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en español. Para ver historias adicionales, vaya a http://www.bpnews.net/espanol

FORT WORTH, Tex. (BP) — Un ser humano que va en el camino de Jesús debería evidenciarlo en formas similares a estas:

1. Se ha arrepentido y ha pedido perdón por sus pecados a Dios.

2. Ha reconocido que Jesús murió en su lugar para perdonarlo y por eso sólo él es su intercesor delante del Padre.

3. Desea y lucha sinceramente por abandonar toda práctica prohibida por la voluntad de Jesús.

4. Confía en que las fuerzas para santificar su vida provendrán de la presencia, guía y fruto del Espíritu Santo y no por ninguna práctica religiosa o de otra índole.

5. Mantiene una relación personal con Dios a través de la oración y el estudio de la Escritura cotidianos.

6. Constantemente se esfuerza por trabajar las áreas de su vida que no obedecen las órdenes de Jesús tal como las encuentra en la Escritura, y resumidas en los dos mandamientos mayores: Amar a Dios a quien no has visto, amar a tu prójimo inclusive a tu enemigo.

7. Tiene un insaciable deseo por saber y conocer más y más al Dios trino en su revelación bíblica y en la historia de su pueblo.

8. Puede identificar cambios en su carácter y práctica y, aunque a veces puede resbalar, su vida en general es de crecimiento en el parecerse a Jesús.

9. Ante decisiones prefiere obedecer a Dios y no a su carne, sus deseos, o sus intereses.

10. Las prioridades de su vida están bien ordenadas: su relación con Dios es primero, luego su familia (esposa, hijos, familia extendida), su servicio al pueblo de Dios, los demás seres humanos, y el trabajo.

11. Habla de Jesús espontánea, normalmente y con deleite, presentando las buenas nuevas no como un programa sino como parte de su vida.

12. Hacia los demás se esfuerza por reflejar los valores reflejados en la vida de Jesús (obediencia la Padre, vida sin egoísmo, servicial, y fidelidad hasta la muerte), pero no como una actuación sino como el resultado normal de su vida.

13. Sus dineros y posesiones son administrados pensando seriamente en la expansión del evangelio, la enseñanza de la Palabra, y la generosidad hacia los demás.

14. Ama la creación porque ama al Creador; no abusa a los animales, protege el ambiente, recicla y reforesta. Se convierte en canalizador del descanso de Dios no sólo para él, sino también para la tierra.

15. Ama a la sociedad y la cultura porque ama a aquellos que fueron creados a la imagen de Dios. Colabora con su trabajo, dones y habilidades al orden, la justicia, el mejoramiento de la sociedad. En general, se opone a la violencia. Dios ha delegado el uso responsable de ésta al gobierno humano (Rom. 13) como castigo del malo. Dios mismo traerá a juicio a aquellos gobiernos humanos que la abusaron. El creyente “lucha” con las armas que Dios ha provisto al creyente (Ef. 6) y no con otras.

16. Ama a la iglesia local y a la iglesia universal porque ama a su Cabeza. Causarle daño a ella es causárselo a Jesús. Usa los dones que el espíritu le ha dado no para deleite personal sino para la edificación de todos los miembros de la iglesia.

17. Disfruta la vida que Dios le ha dado en familia. Disfruta a su esposa, hijos, padres y hermanos, más que de su sólo desarrollo. Le importa más estas relaciones que su desarrollo profesional o financiero. Cuida de su cuerpo físico porque éste es tan importante como su espíritu. A ambos Dios redimirá, y de ambos pedirá cuentas. Saborea el placer sexual con su cónyuge. Degusta del entretenimiento y vacaciones, juega! No es un ermitaño ni un workaholic.

18. Disfruta de la ciencia, el arte, la música, el teatro, la literatura en la medida de su alcance y su capacidad. Lee no para sentirse superior a los demás. Lee por placer y alimento del espíritu. No es un resentido social.

19. Está consiente de su temporalidad y responsabilidad en relación con Dios, y por eso vive en espera de su Señor. Se regocija su envejecimiento, orando por la “palingenesía,” la venida del Reino.

20. Confía en la promesa de su Señor de que el reino de Dios vendrá. Sueña y anhela con la sociedad entre los seres humanos y el Dios trino. Se motiva por la gloriosa libertad que le espera a los hijos de Dios por tiempo sin límite. Allí donde Dios será todo en todos, donde nunca dejaremos de trabajar en gozo y realización llenos de la presencia de nuestro Jesús. Donde finalmente se evidenciará públicamente que la nueva humanidad, el hombre espiritual, Adan y Eva recreados, llevarán por siempre del Hijo de Dios.

¡Christus Victor!
–30–
Gerardo A. Alfaro es profesor de teología sistemática y director de la división de estudios teológicos del Southwestern Baptist Theological Seminary en Fort Worth, Texas.

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