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40 Días por la Vida reanudó el 5 de marzo


WASHINGTON (BP) — El acontecimiento más enriquecedor en el tiempo de Krysten Haga como directora de la campaña 40 Días por la Vida llegó cuando supo que no era necesario que ella cumpliera con ese papel.

Cerca de la conclusión de la campaña pasada de otoño en Lubbock, Texas, la única clínica de abortos de la ciudad — Planned Parenthood — cerró el negocio que les había quitado la vida a más de 30.000 bebés nonatos, de acuerdo al personal nacional de 40 Días por la Vida. La instalación no solamente había sido sitio de las vigilias de oración de 40 Días, sino que presuntamente no pudo llenar las nuevas regulaciones del estado para las clínicas de abortos.

Como la directora local de campaña, Haga tuvo “el honor de enviar el correo electrónico que anunciaba el cierre de Planned Parenthood permanentemente, lo cual fue hasta ese momento la experiencia más gratificante que hubiera tenido en el tiempo de participación en 40 Días por la Vida,” le dijo la estudiante de la Universidad Texas Tech a Baptist Press en una entrevista vía correo electrónico.

Cuando Planned Parenthood Lubbock, afiliada del proveedor de abortos más grande del país, dejó de realizar los procedimientos letales, Haga recordó, “Pasé esa tarde de viernes [1º de noviembre] enviando correos electrónicos a todo en el que pudiera pensar para compartir las buenas nuevas, incluyendo al equipo nacional” de 40 Días.

Como resultado, no hubo más necesidad de una vigilia de oración afuera de la instalación de abortos en Lubbock cuando 40 Días lanzó su siguiente campaña el 5 de marzo.

Durante la campaña, decenas de miles de voluntarios se reúnen afuera de las clínicas de abortos en 251 ciudades diseminadas en 11 países, con la esperanza de un resultado similar al que presenció el equipo de 40 Días en Lubbock. La campaña, que concluye el 13 de abril, se realiza no solo en EE.UU. sino en ciudades en Australia, Canadá, Croacia, República Democrática del Congo, Inglaterra, Nueva Zelandia, Rusia, Sudáfrica, España y Gales.

La vigilia de oración de 24 horas al día afuera de las instalaciones de abortos que son la esencia de las campañas semestrales ha provisto un significativo impulso al movimiento pro-vida desde que el esfuerzo se hizo nacional en 2007. En los subsiguientes seis años, 40 Días — que consiste también de alcances comunitarios, oración y ayuno para terminar el aborto — ha reportado lo siguiente:

— Más de 8.200 niños nonatos han sido salvados del aborto.

— 44 instalaciones de abortos han cerrado, y 88 trabajadores de las clínicas han dejado su trabajo.

— Cerca de 600.000 personas que representan unas 16.500 iglesias han participado en 522 ciudades a lo largo y ancho de todos los 50 estados y otros 20 países.

Haga, 24, se convirtió en una de esas participantes hace cuatro años, a pesar de su edad, “supe que era tiempo de parar la demora y lanzarme de cabeza hacia algo que sabía que Dios me estaba llamando.” Ella sirvió como directora de 40 Días durante las últimas cuatro campañas afuera de la instalación de Planned Parenthood de Lubbock.

La “mayor motivación” para su trabajo pro-vida es su madre, dijo Haga.

“Ella se encontró en un embarazo no planeado a la edad de 16 años y escogió la vida después de visitar Planned Parenthood y considerar un aborto,” le dijo Haga a BP. “Ella me tuvo al principio de su último año de secundaria. Cada vez que me encuentro afuera en las aceras aconsejando, veo a mi mamá en esas asustadas y solas muchachas. Le agradezco a Dios que alguien estuviera ahí para mostrarle a ella el amor de Cristo y saber que se me ha dado la oportunidad de hacer lo mismo.”

En su sitio web, el personal nacional de 40 Días anima a los participantes en cada campaña a orar no solamente por las mujeres que están considerando tener un aborto y por los niños nonatos cuyas vidas están amenazadas sino, entre otras peticiones, por mujeres y hombres pos aborto y por los trabajadores de los centros de aborto.

Haga y los otros participantes de 40 Días han sido siempre de una diversidad de religiones, etnias y edades, pero “un notable crecimiento” se produjo en tres áreas en la campaña de otoño de 2013, dijo el director nacional de 40 Días, David Bereit. Esas áreas, dijo, fueron “jóvenes y adultos jóvenes, protestantes y cristianos evangélicos, y minorías — un incremento más notable y dramático de la participación hispana.”

Católica romana, Haga es parte del grupo religioso más grande de los participantes de 40 Días. Los católicos constituyen un estimado de un 65 a 70 por ciento de los voluntarios, mientras que los bautistas constituyen la segunda afiliación religiosa más grande y continúa en crecimiento, dijo Bereit.

La más reciente campaña internacional de 40 Días estuvo marcada por el continuo crecimiento demostrado en nuevos lugares y un mayor número de participantes en lugares repetidos, le dijo Bereit a BP en una entrevista por correo electrónico.

La campaña de otoño de 2013 pareció reflejar “un creciente sentido de esperanza y optimismo cuando números récord de centros de abortos están cerrando, cuando más trabajadores se convierten y se hacen públicos y cuando más leyes locales y estatales son promulgadas,” dijo Bereit.

“Además de los reportes de vidas salvadas, de más trabajadores de abortos que experimentan cambios de parecer, de números récord de centros de abortos que cierran, yo estaba muy animado por los reportes y fotos de niños que participan en esta campaña de 40 Días por la Vida quienes fueron salvados del aborto durante campañas previas de 40 Días por la Vida — algunos de ellos ahora de varios años de edad.”

Junto con las esperanzadoras señales, el desánimo más prominente reportado al personal nacional de 40 Días, escribió Bereit, vino de un voluntario que preguntó: “¿Dónde está el resto de la iglesia de Jesucristo?”

Allá todavía hay “una enorme oportunidad de una mayor participación cristiana en los esfuerzos pro-vida,” dijo.

Las ubicaciones para la campaña 40 Días pueden encontrarse en http://www.40daysforlife.com/location.html.
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Tom Strode es el jefe de la oficina de Baptist Press en Washington.

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  • Por Tom Strode