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Los jóvenes chilenos responden a las necesidades


MOLINA, Chile (BP)–En el Templo Evangélico Bautista, miembros de todas las edades sienten compasión por sus compatriotas chilenos cuyas vidas fueron puestas al revés por el terremoto del 27 de febrero.

“Oramos por la gente que sufre en todos los lugares,” oró con lágrimas una mujer de cabello canoso, su voz se quebraba por la emoción, en una pequeña reunión de los miembros de la iglesia en la ciudad de Molina.

“La gente que no tiene comida” fue parte de sus peticiones a Dios. “La gente que no tiene agua. Ellos están en gran necesidad en este momento. Ayuda a los chilenos, Señor.”

Poniendo en acción oraciones así, los jóvenes de Templo Evangélico están liderando un esfuerzo para ayudar a los sobrevivientes en el área fuertemente golpeada de Molina en el centro de Chile.

Desde el terremoto, 10 o más jóvenes han cuidado a 60 personas en Los Lizamas, que se ubica a cerca de 16 kilómetros de Molina. Los Lizamas se encuentra entre dos municipalidades, ninguna de las cuales ha dado el primer paso para ayudar a las 12 familias de la comunidad que desde el terremoto han vivido afuera de sus colapsadas casas y batallan con los limitados recursos, y existen en una jurisdicción olvidada donde solamente reciben ayuda limitada.

Los jóvenes de Templo Evangélico han comenzado a llenar el faltante enviando equipos a Los Lizamas a distribuir comida, agua y pañales.

Los jóvenes de la iglesia han alimentado las relaciones con la gente allá, anotó el misionero de la Junta de Misiones Internacionales Charles Clark cuando visitaba Molina como parte del equipo bautista de valoración de los efectos del terremoto. “Es maravilloso ver a estos jóvenes y el corazón que tienen.”

Ellos son parte del Centro Misionero Juvenil, un programa de dos años de educación misionera en Templo Evangélico y otras iglesia en Chile que entrena a jóvenes en sus últimos años de la adolescencia y tempranos 20s para que lleguen a ser misioneros en otras partes del país dentro de la ventana geográfica 10/40 que va desde el norte de África al sudeste asiático donde vive la mayoría del mundo de gente no alcanzada.

Durante el entrenamiento, ellos viven en una instalación construida detrás de la iglesia que también sirve de base para la movilización de sus proyectos ministeriales.

“Esto es básicamente un centro misionero para jóvenes,” dijo Clark, quien sirve como líder de estrategia de la JMI para la parte de América del Sur que incluye Chile. “Esto es nuevo. Ellos todavía están tratando de edificarlo y equiparlo. Este terremoto ha sido una motivación ulterior para ellos.”
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Tristan Taylor escribe para la Junta de Misiones Internacionales en las Américas. Donaciones para ayuda a los bautistas del sur chilenos pueden ser hechas en http://www.imb.org (haga clic en el gráfico Chile quake response).

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  • Por Tristan Taylor