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Escapó de la muerte en El Salvador y eso lo llevó a ministrar en EE UU


NOTA DEL EDITOR: Ésta es la primera de ocho historias enfocadas en los misioneros de la Junta de Misiones Norteamericana (NAMB, por sus siglas en inglés) como parte de la Semana de Oración 2008, que se celebra del 2 al 9 de marzo. La semana anual dedicada a la oración es un tiempo donde las iglesias de la Convención Bautista del Sur oran, estudian y dan fondos a la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong de la Junta de Misiones Norteamericana. La meta para la ofrenda Annie Armstrong 2008 es de $61 millones; cada centavo se invierte en el apoyo de los más de 5,000 misioneros norteamericanos. Los misioneros de la Semana de Oración 2008 son Daniel y Marta Cáceres, Dewey y Kathie Aiken, Melanie Lawler, Jon y Mindy Jamison, David y Shirley Prodditt, Jon y Linda Hodge, Brad Lartigue y Chris y Monica Woodall.

NORMAN, Okla. (BP)–¿Por qué la guerrilla comunista en El Salvador puso el nombre de Daniel Cáceres en su “lista negra” en 1980?

¿Fue acaso porque su hermano era un oficial importante en la armada de El Salvador, la cual peleaba la batalla contra las guerrillas? ¿Fue porque Daniel había sido un exitoso hombre de negocios? ¿O fue porque era un líder cristiano evangélico en un país azotado por la guerra civil?

Después de 27 años, Cáceres dice que no le importa o quiere saber porqué fue uno de sus blancos.

“En ese entonces, a menudo se mataban a los pastores y los sacerdotes,” recuerda. “Mucha gente murió en El Salvador, cerca de 100,000, especialmente los clérigos, abogados y hombres de negocios.”

Cáceres, ahora de 58 años, nació en El Salvador, al igual que su esposa, Marta, y sus dos hijos. Educado como contador, también logró estatus nacional como jugador estrella de fútbol pero huyó del país cuando estalló la guerra.

Para entonces, Cáceres ya había rechazado dos “llamados” de Dios para convertirse en pastor de tiempo completo.

“Dios me llamó tres veces,” dijo Cáceres. “La primera vez, no escuché su voz tan claramente. La segunda vez, la escuché, pero no respondí.”

La tercera vez –con la guerra civil y una muerte certera esperándole – Cáceres respondió al llamado de Dios. “Dije, ‘Señor, está bien. Ahora rindo mi vida de tiempo completo para Ti,’ y comencé a predicar el Evangelio.”

Cáceres dejó a su amado pero sangriento El Salvador en 1980. Perdió su negocio de maquinaria pesada, su casa, sus automóviles y la iglesia que tanto amaba.

“Vine a los Estados Unidos tan sólo con mis dos hijos, mi esposa y mi Jesucristo,” declara. El nombre de “su” Jesucristo le pinta una sonrisa a la cara.

Dios ha usado tres guerrillas comunistas –todas amenazando de muerte a Daniel- para hacerlo darse cuenta de que necesitaba someter totalmente su vida a Dios.

“Ahora recomiendo a la gente que recibe el llamado de Dios que sea obediente a la primera. No espere a que esas guerrillas lleguen por ti,” bromea.

Daniel y Marta Cáceres son dos de los más de 5,000 misioneros en los Estados Unidos, Canadá y sus territorios quienes son apoyados por la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong de la Junta de Misiones Norteamericana. Son una de las ocho parejas misioneras en que se centra la Semana de Oración anual, celebrada del 2 al 9 de marzo de 2008. Este año el tema es “Viva con Urgencia: Aproveche el Momento de Dios.” La meta de la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong 2008 es de $61 millones, cuyo 100 por ciento se utiliza en misioneros como Daniel Cáceres.

Por los últimos cinco años, Cáceres ha servido como estratega de iniciación de iglesias hispanas en la Ciudad de Oklahoma, Okla., conjuntamente apoyado por la Junta de Misiones Norteamericana y la Convención Bautista General de Oklahoma. Ha trabajado como misionero de la junta desde 1988.

Cuando recién llegó a Oklahoma en 1981, el estado tenía una población hispana relativamente pequeña y sólo media docena de congregaciones hispanas. El censo de 1990 reportó 179,000 hispanos en ese estado. Hoy en día, 300,000 hispanos residen en Oklahoma, y hay más de 100 iglesias hispanas.

Según Cáceres, 80 por ciento de los 300,000 hispanos en Oklahoma provienen de México. El resto proviene de España, Nicaragua, Honduras, El Salvador y otros países de Centro y Sudamérica.

“El problema para nosotros, es que sólo la gente pobre de México es la que está viniendo- vienen de las montañas y áreas rurales. La gente que vive en la Ciudad de México, Monterrey y otras grandes ciudades se quedan ahí. Pero la gente pobre de las áreas rurales de México vienen aquí a sobrevivir,” dice.

Cáceres dijo que la Ciudad de Oklahoma y sus seis condados aledaños son los centros de más concentración de hispanos, con unos 200,000 que viven y trabajan ahí. Tulsa tienen otros 45,000 hispanos.

“Son personas que vienen aquí a sobrevivir,” dice Cáceres. “Tenemos el privilegio de que Dios esté enviando estas personas a Oklahoma y así poder compartir el Evangelio de Jesucristo con ellos.

“Mi papel principal en Oklahoma es comenzar iglesias por el estado. Estoy coordinando la estrategia y el plan para alcanzar a los hispanos para Jesucristo,” dijo.

¿Cómo es una semana típica para un estratega iniciador de iglesias en Oklahoma?

“Primero, siempre estamos buscando las ciudades con mayor población hispana en el estado. Y luego buscamos iglesias patrocinadoras, iglesias con quien asociarnos e iglesias primarias que nos provean un lugar para comenzar nuevas iglesias en sus poblaciones.

“También estamos buscando a las personas adecuadas, a los iniciadores de iglesias correctos,” dijo Cáceres, “y los entrenamos para que lleven al pueblo hispano al Evangelio. No tenemos mucha gente que quiera ser iniciador de iglesias. Nos cuesta trabajo.”

Una de las iglesias hispanas de Cáceres que es digna de admiración es la Ríos de Agua Viva en la Ciudad de Oklahoma. Apoyada con fondos de la Junta de Misiones Norteamericana y por la Convención General Bautista de Oklahoma, la iglesia fue comenzada en 1990 y ahora cuenta con una asistencia de alrededor de 300 personas cada domingo.

Con 35,000 hispanos que viven dentro de un radio de seis millas de la iglesia, Cáceres dijo que el atraer tan sólo al uno por ciento de ellos incrementaría la asistencia a 350, mientras que atraer al diez por ciento significarían 3,500 personas más sentadas en las bancas de la iglesia cada domingo.

“Ríos de Agua Viva tiene una gran asistencia ahora y se ha convertido en la mayor iglesia hispana en Oklahoma. Bautizaron a 26 personas el año pasado y este año su meta es bautizar a 50.”

Una iglesia con enfoque misionero, Ríos de Agua Viva apoya al Programa Cooperativo y está tratando de comenzar iglesias en México, Guatemala, El Salvador, Honduras y otros países. La iglesia también tiene 15 estudios bíblicos por los barrios hispanos de la Ciudad de Oklahoma.

“Es una gran iglesia con grandes proyecciones,” dijo Cáceres. “El pastor, Isaiah Vargas, es un gran hombre muy dedicado al Señor. Y nosotros en la Junta Misionera Norteamericana y la Convención General Bautista de Oklahoma lo apoyamos con recursos.”

A pesar de las dificultades que ha enfrentado, Cáceres nunca ha perdido su amor por el fútbol –como se le llama en Latinoamérica a lo conocido como “soccer” en los Estados Unidos. Después de todo, era tan bueno que le pidieron que formara parte del equipo nacional de El Salvador. No pudo jugar, sin embargo, porque los juegos siempre eran los domingos, cuando él estaba enseñando o predicando. Además, no estaba de acuerdo con la asociación del deporte con el alcohol, los cigarrillos y otros vicios.

“Yo les decía ‘Yo no uso eso’,” dijo, hablando del alcohol y el tabaco anunciados como patrocinadores del fútbol en El Salvador. “Yo era cristiano y era difícil para mí porque no había muchos cristianos jugando fútbol en ese entonces. Yo estaba orgulloso de ser cristiano.

“Ahora todavía juego fútbol y a través de ese deporte y de la habilidad que Dios me dio, he alcanzado a algunas personas y algunos de ellos ahora son pastores. Tengo a dos aquí en Oklahoma, yo los alcancé con el Evangelio a través del fútbol.

“Todavía disfruto el fútbol y la relación que me da con la gente. Puedo hablarles. Puedo compartir mis sentimientos y mostrarles que Jesucristo vive en mí. Tengo casi 59 años y todavía tengo energía para salir y jugar con ellos, y decirles que Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor.”

Pregúntele a Daniel de qué está más orgulloso y le dirá que de su familia. Su esposa, Marta, sirve como directora del Seminario Golden Gate por Extensión para la Asociación Metropolitana Hispana. Sus dos hijos, Daniel Jr. y Carlos son ministros de tiempo completo. De hecho, el más joven, Carlos, también es un iniciador de iglesias y el pastor de sus propios padres en la Iglesia Bautista Hispana Emmanuel, una congregación bilingüe en Norman, Okla., a unas 20 millas al sur de la Ciudad de Oklahoma.

“Pero el mayor gozo que tengo es ver a alguien venir a Jesús cuando yo le comparto el Evangelio y oro con ellos.”

Cáceres pide a los bautistas del sur que oren para que Dios provea los iniciadores de iglesias y obreros adicionales que necesita para alcanzar su meta de comenzar 30 iglesias hispanas nuevas en el 2008.

“A través de la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong recibimos muchos recursos y apoyo,” dice. “Ahora tenemos más de 100 iglesias hispanas, 10 iglesias coreanas y unas pocas chinas y rusas y japonesas. Estamos haciendo nuestro trabajo en Oklahoma.”
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  • Por Mickey Noah